Vigo, base del grupo de élite de la Guardia Civil para incidencias graves
Seguridad ciudadana
La Unidad de Seguridad Ciudadana multiplica sus actuaciones en golpes al narcotráfico, detención de delincuentes, control de masas o abordajes junto a la costa. O Salnés, Morrazo y Ponteareas, zonas con más intervenciones
Entrenados y preparados para actuar en cualquier situación límite, los integrantes de la Unidad de Seguridad Ciudadana (Usecic) de la Comandancia de la Guardia Civil de Pontevedra refuerzan la seguridad en toda la provincia desde su base en Vigo. Este grupo de élite, uno de los equipos más versátiles del Instituto Armado, ha incrementado en los últimos años sus actuaciones sobre todo de apoyo en operativos de narcotráfico o detención de personas peligrosas así como en control de masas porque son “la primera respuesta que tiene la comandancia ante una incidencia grave”. Lo explica el jefe de la Usecic, el teniente Xacobe Galán Río, que afirma que también pueden ser comisionados para colaborar en otras provincias como Ourense y Lugo, sin unidad propia por el momento aunque se prevé que estén en marcha a finales de año.
Este grupo especializado también asume nuevos retos. “La problemática delincuencial ha cambiado, se ha diversificado y en muchas zonas rurales ha crecido”, añade el segundo responsable de la Usecic, el brigada Juan Carlos Rodríguez Pardo. Cuentan con 23 agentes en plantilla, aunque actualmente trabajan 27 porque la comandancia les deriva personal de otras unidades y, aun así, los responsables creen que sería necesario ampliar al menos hasta los 30, para poder abarcar todos los frentes.
Porque además de participar en entradas y registros de riesgo tras ser avisados por las unidades de investigación, y realizar arrestos complicados, son la unidad de respuesta ante cualquier incidente nuclear, radiológico, biológico o químico y hasta están preparados para un posible abordaje de una embarcación junto a la costa.
“Nuestros primeros cometidos son siempre aislar y contener, verificar la situación” explica Galán, ya que el objetivo último es el de “mantener la seguridad”.
Ambos coinciden en que los posibles ‘puntos calientes’ o las zonas donde más actuaciones realizan son O Salnés, por el tema del narcotráfico, Morrazo (por la afluencia de personas, sobre todo en verano, como ocurre en Val Miñor) y el entorno de Ponteareas.
Una de las intervenciones recientes más complejas y trágicas fue la de la búsqueda del guardia civil de Baiona que huyó tras matar de un disparo a su expareja en Oia. “Hubo mucha tensión, porque el compañero iba armado y se escondió en el monte, logramos encontrarlo y rodearlo, la intención era interceptarlo, pero él decidió el final con su propia arma” recuerda Rodríguez Pardo.
Contrabando, traslado de presos peligrosos y explosivos
Las diferentes intervenciones a las que se enfrenta la Usecic les obliga a contar con distintos kits de protección en función de a qué unidad apoyen o dónde tengan que actuar. Para las entradas y registros, utilizan protección balística, “en esos casos hay que ir esperando lo mejor pero preparado para lo peor”, especifica el jefe de la unidad. Y lo peor puede ser una repuesta con arma de fuego o arma blanca. “No sabemos nunca a qué nos vamos a enfrentar tras una puerta”, por lo que llevan un casco balístico con pantalla, también balística. Los medios no siempre son suficientes, así que “los suelen llevar los primeros de la fila de asalto”.
Lo completan con un chaleco antibalas con protección 9 milímetros y una placa que cubre el pecho y que aumenta dicha protección a calibres más altos como escopeta. A eso se le añaden coderas y rodilleras para saltar muros, subir escaleras… y, colectivamente el escudo balístico.
Para realizar control de masas, lugares con gran afluencia de personas, los agentes llevan un casco anitrauma, para golpes, diseñado contra las salpicaduras de ácidos o sustancias tóxicas, además del chaleco de protección de golpes y anticortes.
No siempre lo llevan lo puesto. “Valoramos la situación, es lo que se llama intimación con la masa, si vamos con mayor nivel de asertividad podemos provocar temor o una respuesta violenta, buscamos un término medio entre comodidad y protección”, añade el segundo jefe.
De cascos balísticos o placas de protección a chalecos
Las diferentes intervenciones a las que se enfrenta la Usecic les obliga a contar con distintos kits de protección en función de a qué unidad apoyen o dónde tengan que actuar. Para las entradas y registros, utilizan protección balística, “en esos casos hay que ir esperando lo mejor pero preparado para lo peor”, especifica el jefe de la unidad. Y lo peor puede ser una repuesta con arma de fuego o arma blanca. “No sabemos nunca a qué nos vamos a enfrentar tras una puerta”, por lo que llevan un casco balístico con pantalla, también balística. Los medios no siempre son suficientes, así que “los suelen llevar los primeros de la fila de asalto”.
Lo completan con un chaleco antibalas con protección 9 milímetros y una placa que cubre el pecho y que aumenta dicha protección a calibres más altos como escopeta. A eso se le añaden coderas y rodilleras para saltar muros, subir escaleras… y, colectivamente el escudo balístico.
Para realizar control de masas, lugares con gran afluencia de personas, los agentes llevan un casco anitrauma, para golpes, diseñado contra las salpicaduras de ácidos o sustancias tóxicas, además del chaleco de protección de golpes y anticortes.
No siempre lo llevan lo puesto. “Valoramos la situación, es lo que se llama intimación con la masa, si vamos con mayor nivel de asertividad podemos provocar temor o una respuesta violenta, buscamos un término medio entre comodidad y protección”, añade el segundo jefe.
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