Así es un día de trabajo con los 'lobos' de la Guardia Civil

A las siete de la mañana, el grupo ya está en marcha. Si no tienen ninguna llamada de emergencia, los agentes de la Usecic planifican la jornada entre controles preventivos y apoyo a las patrullas por distintas zonas de la provincia.

Conocidos como ‘lobos’ (es su mascota y la que luce en su escudo), realizan una media de cuarenta controles de seguridad al mes, en los que “pueden llegar a incautarse desde drogas, a distintas armas o a localizar a delincuentes buscados”, explica el jefe, el más joven de la unidad pero con una amplia formación. La rutina varía según la época. De cara al verano, la actividad se multiplica por la afluencia de personas a festivales o fiestas y sobre todo los fines de semana donde el alcohol y las sustancias son un auténtico riesgo para la seguridad.

Las patrullas se preparan y acuden a un punto de encuentro, distinto de dónde se desplegarán, “para evitar que haya avisos ciudadanos que acaben con el factor sorpresa". Una vez en el lugar del control, utilizan un vehículo búho, que se coloca oculto a distancia y “da la voz de alarma si ve que algún coche trata de esquivarnos, lo que nos daría un indicio de que tiene algo que esconder”. Si no, también pueden contar con el helicóptero con base en A Coruña, “nos facilita mucho la labor porque es capaz de ver movimientos extraños que hagan en el interior de un coche y si hay una huida es clave para poder mantener el seguimiento”, explica Nacho, otro miembro del equipo, que suele colocarse en primera línea, para seleccionar los vehículos a controlar. “No hay un criterio concreto, la experiencia te hace detectar detalles que pueden ser sospechosos”, comenta.