La última gran recogida de alimentos en Vida Digna confirmó lo que esperaban. Unas 380 familias hicieron cola desde primera hora de la mañana para recibir su bolsa con comida. Para la siguiente, que tendrá lugar en junio esperan llegar ya a las 400, una cifra que su responsable, Ricardo Misa, dice "tendremos que gestionar de la mejor manera que podamos". Uno de los objetivos para poder atender a todos los demandantes es llegar a un acuerdo de colaboración, como el que ya tuvieron en su momento, con el Banco de Alimentos "y así poder estar también entre las entidades que apoyan".
Las personas que acuden a ellos "son de todo tipo. Hay personas que tenían comercios o bares y que siguen sin poder abrir y sin ingresos. Trabajadores de la economía sumergida que han estirado el dinero al máximo y que se encuentran ahora sin nada".
A este tipo de usuarios se ha sumado en los últimos meses "personas que habían llegado hacía muy poco a Vigo y que no tuvieron tiempo de censarse. Algunos apenas tienen el pasaporte para identificarles, una situación que habrá que resolver un a vez que se comiencen a normalizar las cosas". En total el aumento de peticiones de ayuda ha podido crecer entre un 35 y un 40%, según apuntan desde Vida Digna, que mantiene el servicio de comedor los fines de semana y el programa específico para atender a los sin techo.
Para Roberto Misa es imprescindible que "se visibilice lo que está sucediendo para que la sociedad se movilice", apuntando que la solidaridad de los vigueses es ahora "más necesaria que nunca". Por el momento explica que "hemos recibido donaciones de particulares y empresas. Se nota que ya hay sectores que saben que es necesario poner su contribución porque de otra forma no es posible dar respuesta a las necesidades que hay". Entre estas donaciones está una cámara frigorífica que dio La Caixa "que nos permite mantener en buen estado la fruta que después repartimos".
Las personas que acuden a ellos "son de todo tipo. Hay personas que tenían comercios o bares y que siguen sin poder abrir y sin ingresos. Trabajadores de la economía sumergida que han estirado el dinero al máximo y que se encuentran ahora sin nada".
A este tipo de usuarios se ha sumado en los últimos meses "personas que habían llegado hacía muy poco a Vigo y que no tuvieron tiempo de censarse. Algunos apenas tienen el pasaporte para identificarles, una situación que habrá que resolver un a vez que se comiencen a normalizar las cosas". En total el aumento de peticiones de ayuda ha podido crecer entre un 35 y un 40%, según apuntan desde Vida Digna, que mantiene el servicio de comedor los fines de semana y el programa específico para atender a los sin techo.
Para Roberto Misa es imprescindible que "se visibilice lo que está sucediendo para que la sociedad se movilice", apuntando que la solidaridad de los vigueses es ahora "más necesaria que nunca". Por el momento explica que "hemos recibido donaciones de particulares y empresas. Se nota que ya hay sectores que saben que es necesario poner su contribución porque de otra forma no es posible dar respuesta a las necesidades que hay". Entre estas donaciones está una cámara frigorífica que dio La Caixa "que nos permite mantener en buen estado la fruta que después repartimos".
