Terapia virtual para nonagenarios en Vigo

Dolores Outerelo, de 92 años, con las gafas de realidad virtual, paseó por un pueblo nevado y jugó a apagar luces: “Parece que estás en otro planeta”.
photo_camera Dolores Outerelo, de 92 años, con las gafas de realidad virtual, paseó por un pueblo nevado y jugó a apagar luces: “Parece que estás en otro planeta”.
Diez usuarios de la residencia Doral participaron en un proyecto de investigación de la Universidad de Vigo para demostrar los beneficios de la tecnología inmersiva

Investigadores de la Universidad de Vigo llevaron a cabo una experiencia piloto en la residencia Doral, en la que personas con una edad media de 85 años y varios nonagenarios realizaron ejercicios terapéuticos utilizando unas gafas de realidad virtual y unos mandos en la mano. Es una tecnología inmersiva que solo necesita una red de internet y que cabe en una mochila. No se trata de un videojuego para pasar un rato, sino que son programas de realidad virtual con múltiples escenarios que tienen una profundidad de más cien metros en los que se sumerge el usuario, que contienen ejercicios terapéuticos adaptados a las necesidades de estas personas mayores y en los que hay una supervisión del fisioterapeuta. Son ejercicios en primer lugar seguros, sin ningún tipo de efecto adverso, y en segundo lugar no abordan solo aspectos físicos, sino que es mucho más ambicioso porque trata de lograr mejoras en el aspecto cognitivo, emocional y de salud mental. Los usuarios tiene que estar atentos para ver por donde sale el objetivo, agacharse para esquivarlo o darle un golpe con la mano, se mueven mucho más que en una clase de gimnasia normal para superar el reto, comentan después lo que ven con los compañeros y mejoran sus tiempos de reacción, con lo que es más probable que en la vida real puedan evitar una caída que complique su salud. 

 

 

Los autores pertenecen a HealthyFit, un grupo de investigación emergente nacido en la Facultad de Fisioterapia y que forma parte del Instituto de Investigación Sanitaria Galicia Sur.  La persona que acudió a Doral fue Iván Jurado, un alumno del Máster Universitario en Ejercicio Terapéutico en Fisioterapia de la UVigo, bajo la dirección de Gustavo Rodríguez. La experiencia duró ocho semanas y participaron diez personas. Los primeros resultados indican que la experiencia fue muy satisfactoria, todos repetirían. Ahora van a procesar los datos para evaluar el impacto a distintos niveles. La idea es crear protocolos que se puedan replicar en otros centros y que se puedan extender a otros colectivos diana, con otras patologías o del mundo de la discapacidad, explica el fisioterapeuta e investigador Pablo Campo. Él mismo realizó varios ensayos con asociaciones de Párkinson y espera colaborar también con las de esclerosis múltiple. 

Dolores Outerelo: "Parece que estás en otro planeta"

“¡Ay, que precioso! Parece que estás en otro planeta”. Esto decía Dolores Outelero, mientras paseaba tranquilamente con sus gafas de realidad virtual por un pueblo nevado espectacular y se giraba en busca de la luna llena o para comprobar si había luz en las casas, todo eso sin salir del salón de actos de la residencia Doral. Con 92 años, acaba de terminar una sesión en un vídeojuego, que para ella fue mitad ejercicio y mitad diversión. Con sus gafas de realidad virtual entra como protagonista en un escenario en el que debe apagar luces rojas que se encienden en distintos puntos. Lo hace concentrada, con una rapidez y una precisión pasmosa, y sin perder el equilibrio en ningún momento. “Lo paso bien, no me parece difícil y parece que no, pero cansa”. Cuenta que nació en el Casco Vello, tiene siete hijos y de salud dice que “va tirando”. Al fisioterapeuta ya lo considera como a “un hijo postizo”.

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