El número 6 de la calle Alfonso X de Vigo, donde en la madrugada del miércoles se originó un incendio en el que murieron una madre y sus tres hijos menores, continúa precintado por la Policía aunque ayer los inquilinos okupas pudieron acceder a recoger sus pertenencias. Según fuentes de la Policía Local, la inspección inicial de los técnicos, en principio, descarta que el incendio haya provocado daños estructurales, ya que el fuego se concentró en la entrada del edificio, donde se originó. Así lo había confirmado Urbanismo, tras la visita realizada por los técnicos el mismo miércoles y a la espera de una examen pormenorizado. De hecho, familiares de las víctimas que ayer pudieron subir a la vivienda donde residían, en el cuarto, comprobaban que “no está quemada, solo llena de hollín y humo”, reconocían.
Los daños se concentran en el portal, donde comenzó el fuego y en la escalera de madera así como la puerta de entrada de uno de los primeros pisos, totalmente quemada. El resto sufrió las consecuencias del intenso humo tóxico provocado por los elementos altamente combustibles apilados en el acceso al edificio, como una moto, varios neumáticos o unas bicicletas (todo arrasado) y que actuó con un efecto chimenea hasta la última planta. También el calor térmico, que fue el que provocó quemaduras en fallecidos y heridos, afectó al interior.
La Policía, mientras, continúa con la investigación, a la espera de los resultados de la Policía Científica. Trata de averiguar qué es lo que hizo efecto catalizador para que el fuego alcanzara tal elevado nivel de calorías y llamas en tan poco tiempo, principal sintomatología de que podía ser provocado. En ese edificio ya habían acudido los bomberos en varias ocasiones, sin embargo, esta vez, los efectivos se toparon con un fuego exagerado. Las declaraciones de los testigos ante la Policía no han aportado indicios para apuntar hacia un posible pirómano.
Seis heridos siguen en el hospital, dos de ellos críticos
Seis personas heridas en el incendio continúan ingresadas en distintos hospitales, dos de ellas en estado crítico Se trata del padre de los fallecidos, Emilio, de 31 años y otro vecino que resultó con quemaduras graves y que fue rescatado por los bomberos. Según la información aportada por la Consellería de Sanidad en el último parte, son cuatro en total los que continúan ingresados en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Ribera Povisa, mientras un quinto ya fue trasladado a planta.
De la UCI, además de los críticos, hay uno con pronóstico reservado y otro con buena evolución. Por su parte, la niña de ocho años, hermana de los tres menores fallecidos, que está ingresada en la UCI del Hospital Materno-Infantil Teresa Herrera de A Coruña, está estable dentro de la gravedad.
Ayer, el colectivo Os Ninguéns que había mantenido contacto con la familia a la que pertenecían los fallecidos, puso flores y velas junto al edificio en su memoria.
