La mayor parte de los pasajeros que realizaron ese trayecto fueron estudiantes universitarios que regresan a casa durante el fin de semana y mayores de 65 años para visitar familiares
La conexión entre Vigo y Lugo por carretera no vive su mejor momento en cuanto a aceptación en los usuarios habituales, pero su afluencia aumentó un 36% durante el 2023. Su ruta apenas cuenta con tres conexiones de ida y vuelta diarias, la primera a las 11:30 de la mañana, pero su aumento fue notable, pasando de 8.886 pasajeros a 12.046. Esto hace una media de 33 personas diarias realizando el trayecto entre ambas ciudades, y 11 en cada ruta. Un trayecto muy poco operativo para trabajadores y turistas pero aceptado para estudiantes universitarios y de ciclos formativos que regresan a sus hogares durante el fin de semana y mayores de 65 años que aprovechan para visitar familiares.
Con tres horas de duración y un recorrido que atraviesa Galicia, con paradas en Pontevedra, Lalín o Monterroso, su aumento se sostiene en una gran demanda durante el viernes tarde y el fin de semana. La poca oferta estudiantil y universitaria que ofrece la ciudad de la muralla, con apenas trece carreras universitarias en el campus lucense, obliga a los más jóvenes a realizar un cambio de domicilio por sus estudios. Por tanto, el último servicio del viernes noche y el primero del sábado por la mañana es el más cotizado. “Lo hago los findes para volver a casa, y mi hermana también lo hace mucho”, aseguró una joven universitaria que se dirigía esta vez a Pontevedra.
Sin embargo, no es la opción predilecta para el desplazamiento de los jóvenes. Algunos, los más impacientes, prefieren realizar un corto transbordo en Santiago para llegar a Lugo, antes que recorrer las tres horas seguidas en un autobús. “Va muy lento, se recorre todos los pueblos y el trayecto se puede hacer eterno”, apuntó la estudiante. Entre semana la demanda cae mucho más, aunque la parada en Pontevedra hace que los autobuses se acaben llenando en su salida desde la estación de autobuses de Urzaiz y se vacíe nada más estacionar en la estación pontevedresa.
Otros usuarios, los más mayores, aprovechan la ocasión para visitar familiares. “Siempre que puedo voy y no me cuesta nada. Llevo realizando mucho tiempo este trayecto”, señalaba una usuaria, que discrepa con los más jóvenes sobre la lentitud del servicio asegurando que no le preocupa las tres horas de duración.
Con mayor o menor demanda, el servicio “siempre está. Es el recorrido de toda la vida y según el día suele ir mucha gente a Lugo, sobre todo universitarios que vuelven a casa”, aseguró el conductor. El aumento de viajeros le sorprende porque “no es el más habitual al tener alternativas como ir hasta Santiago. Igual sale más rentable en tiempo”.
La alternativa en coche y más rápido con Bla Bla Car
La proliferación del coche compartido no afectó a las cifras de la conexión Vigo-Lugo por carretera, si bien muchos usuarios utilizan la alternativa que ofrece Bla bla car para viajar a la ciudad lucense. Tanto que en lo que resta de semana, hasta 27 viajes están a disposición para su reserva en la web, algunos de ellos ya colgando el cartel de completo. A la comodidad de un coche, aunque sea ajeno, se le suma la rapidez del trayecto. La mayoría señala 2 horas y 20 minutos, 40 minutos menos que hacerlo en autobús.
Además, el precio es ligeramente inferior para el usuario al compartir vehículo. Si el billete cuesta 18 euros, el viaje en coche oscila entre los 13 y los 17 euros, dependiendo de la cuantía fijada por el conductor. Llama la atención la falta de conexiones ferroviarias entre ambas ciudades, siendo posible solamente llegar en tren haciendo transbordo en A Coruña. Una odisea para recorrer los solo 161 kilómetros que separan ambas ciudades y que pone en conocimiento la poca conectividad de Lugo con su entorno.
