"Recibo los tres sacramentos porque quería estar a cuenta”

La viguesa Dámaris acudió ayer a su bautismo con iluisión y una profunda fe religiosa.
photo_camera La viguesa Dámaris acudió ayer a su bautismo con iluisión y una profunda fe religiosa.
Dámaris supo que no estaba bautizada cuando le pidieron ser madrina. Ayer hizo el bautismo, la comunión y la confirmación

Dámaris Loyda Luna Torres es una viguesa de 45 años que ayer recibió tres sacramentos, el bautismo, la primera comunión y la confirmación en un acto religioso celebrado en la concatedral de Santa María, donde también se confirmaban otros 33 jóvenes de cinco parroquias de la ciudad. “Para un cristiano es algo muy importante, me preparé para recibir los tres sacramentos porque quería estar a cuenta”, afirma.

De origen peruano y nacionalidad española, Dámaris descubrió el año pasado que no estaba bautizada. Fue después de que le propusieran ser madrina. Ella pensaba que solo le faltaba la confirmación, pero cuando le preguntó a su madre supo que le faltaban otros sacramentos. “Si no hubiera un pretexto a lo mejor no me hubiese enterado, fue una oportunidad para tener las cosas cumplidas”. Se preparó en la iglesia del Corazón de María desde el mes de febrero y ayer acudió con mucha ilusión y también con una profunda fe cristiana a su propio bautismo “consciente”, a su comunión y confirmación.  Explica que la fe marca muchas pautas de su comportamiento y que la hace “más humana”, y considera además que es más necesaria que nunca en un mundo que “después de la pandemia se ha vuelto más intolerante, necesitamos el amor de Dios en nuestros corazones, la bondad y la paciencia de Jesús, para entender a las otras personas y no reaccionar de forma violenta”. Dámaris lamenta que los jóvenes vayan menos que antes a las iglesias y le gustaría que volviesen a ser “parte de la comunidad y del cambio social”. En la celebración de ayer, Dámaris llevó de madrina a una amiga viguesa, María de los Ángeles Toucedo Bernárdez.

No es la única adulta que ayer recibía la confirmación en Vigo. El padre Abel Mauricio Pino explica que en la mayoría de las ocasiones son personas que quieren ser madrinas o padrinos y les falta este sacramento, o que se quieren casar. Sin embargo, ni Dámaris ni otro vecino de la ciudad, Santiago, tenían motivación para hacerlo más allá de lo religioso.

La concatedral reunía ayer las confirmaciones de las iglesias del Corazón de María, Inmaculada Concepción, Nuestra Señora de la Soledad, San Pablo y Santo Cura de Ars. Cuando se trata de niños o adolescentes que hacen la primera comunión o la confirmación la preparación es de dos años, mientras que en el caso de los adultos suele ser un año.

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