Atacado uno de los seis radares fijos de la autovía Vigo-Porriño

El radar sito en la A-55 en sentido Vigo, justo antes de la curva de Molinos, que fue objeto del ataque.
photo_camera El radar sito en la A-55 en sentido Vigo, justo antes de la curva de Molinos, que fue objeto del ataque.
El cristal protector del dispositivo medidor, activado por la DGT este verano, recibió varios golpes y la multa por el acto de vandalismo podría llegar hasta los 3.000 euros

Uno de los radares que la Dirección General de Tráfico tiene en la A-55 fue objeto ayer de sabotaje al recibir una serie de golpes en el cristal protector que impedieron la correcta visión de la cámara. El premeditado ataque no es el primero contra este tipo de dispositivos, que provocan más de un quebradero de cabeza en una vía en la que las multas por exceso de velocidad son habituales. Aunque arriesgarse a ser cazado tampoco es moco de pavo, pues se prevén multas de hasta 3.000 euros, aunque en el caso de ayer sólo se dañó el cristal protector y no el resto de la cabina o el aparato medidor.

En concreto, el radar objeto de vandalismo está situado en sentido Vigo a la altura de Sanguiñeda, precediendo a la curva de Molinos. La Dirección General de Tráfico lo activó hace unas semanas y ya ha coleccionado infracciones remitidas a los conductores por exceso de velocidad, con el consiguiente malestar de los afectados.

Ese tramo de la A-55, señalado como uno de los más peligrosos de toda la red de carreteras estatal, está plagado de radares para controlar en lo posible la velocidad de los miles de vehículos que la recorren. En concreto, en apenas 10 kilómetros existen hasta 6 radares fijos: Meixoeiro sentido Vigo, Puxeiros sentido Vigo, Icofrio sentido Tui, Molinos sentido Tui y también sentido Vigo y Porriño sentido Tui. Además de los radares móviles de la Agrupación de Tráfico.

La velocidad máxima en esa zona, especialmente complicada por el diseño de la vía en cuanto a curvas y desnivel, está fijada entre los 60 y 80 kilómetros. Su estado de conservación ha sido objeto de numerosas quejas por parte de sus miles de usuarios, a la espera de que la futura conexión con un túnel en Porriño pase de los deseos a plasmarse en algún proyecto.

Mientras, los radares seguirán controlando la velocidad y multando. Aunque el que recibió el ataque ayer necesitará de un arreglo de urgencia para continuar su labor.

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