Miles de personas, principalmente turistas, se dieron cita en los dos puntos centrales de la Navidad. Con parte de las 450 calles sin alumbrar, Porta do Sol-Policarpo Sanz y Alameda-Areal, se saturaron con un lleno total a partir de las seis de la tarde.
Al encendido de las luces le acompañaron las colas que se generaron a la puerta de la cabaña de Papa Noel o en el acceso al árbol, haciendo complicada la movilidad en la plaza del Sireno. En las gradas no había prácticamente un sitio para inmortalizar el momento con el móvil y los viandantes seguían entrando a través de Príncipe.
Familias y grupos de amigos hicieron el recorrido por los escenarios navideños. Muchos llegaron en excursiones organizadas desde agencias de viaje como los pensionistas de Aveiro, que se albergaron en Pontevedra. La guía mantenía al grupo unido con una banderilla de Portugal en alto. “Aquí es muy fácil perderse”. Los promotores ya tienen cerrada otro grupo para el próximo fin de semana.
Toñi paseaba deslumbrada por las luces con Mariluz, Beni, Pepi y Deli. Todas forman parte de una expedición que procedente de Asturias se alojaron en Mondariz. “Aprovechamos para conocer los alrededores, nos encanta, lo vamos a recomendar”. La familia Chaves, de Barcelos, repitió la experiencia del año pasado y disfrutó de las luces en Vigo, pero durmiendo en A Guarda, “a medio camino de casa”.
Carmen, de Salamanca, visitó por primera vez la ciudad con la excusa de la Navidad. Llegó en autobús con 48 excursionistas más en un paquete que incluye Combarro. La mayoría no conocía Vigo y vino atraída por la fama de su Navidad. En su caso, sí encontró hotel en la ciudad, “aunque más caro”.
Aprovechar el primer fin de semana del encendido fue la principal motivación entre los consultados para escoger destino. Al lleno de las luces se sumaron los que aprovecharon el sábado de Black Friday en las tiendas en busca de gangas. Hoy se espera otro día de multitudes con la primera apertura dominical de los comercios de la campaña.
