Porriño y Salceda, zonas con alto peligro de incendio forestal

Integrantes de la Unidad de Investigación de Incendios.
photo_camera Integrantes de la Unidad de Investigación de Incendios.
El Pladiga 2023 deja fuera del máximo peligro a Zamáns, que en años pasado era de alta incidencia. Arbo, tercera parroquia con más fuegos el pasado año

El nuevo Pladiga para 2023 (Plan de Prevención y Defensa contra los Incendios Forestales de Galicia) de la Consellería de Medio Rural ya tiene datos concretos sobre lo ocurrido el año anterior y ofrece perspectivas para el actual ejercicio, esperando una reducción significativa de la superficie quemada. En 2023, la Consellería de Medio Rural ha incluido a dos parroquias del distrito XVIII Vigo-Baixo Miño, dentro del listado de 40 en toda Galicia consideradas de alta actividad incendiaria (PAAI), las de Budiño, en Porriño y San Xurxo en Salceda.

En ambos casos por haber acumulado al menos siete fuegos forestales durante los últimos cinco años. En el listado estuvo Zamáns, pero ha salido al no haberse reproducido y en 2023 tampoco aparece. Budiño y San Xurxo vuelven a figurar entre las PAAI tras haber abandonado esta “lista negra” en 2020. Desde entonces, las dos parroquias de los ayuntamientos de Porriño y Salceda han tenido al menos nueve y ocho incendios, respectivamente, en solo cinco años, por lo que han vuelto al “top” gallego. En cambio, Zamáns se mantiene fuera de los PAAI, donde figuró durante varios ejercicios al repetirse los fuegos forestales. En  2023, la parroquia viguesa se mantiene fuera. El Pladiga también descubrió que Arbo, uno de los puntos donde han surgido algunos de los mayores incendios forestales, en especial los de octubre de 2017, fue el pasado año el tercer lugar de Galicia con más superficie quemada, un total de 2.592 hectáreas, solo por detrás de dos lugares de Ourense, Laza, con 3.335 hectáreas, y Cuadredo, con 2.734. Arbo aparece en el PAAI aunque en el distrito XVII.

El XVIII de Vigo-Baixo Miño fue durante 2022 uno de los distritos menos afectados por los fuegos en la comunidad gallega y el menor en la provincia, con 80,8 hectáreas, de ellas 76,6 de arbolado y el resto de superficie rasa, para un total de 2.367 en la provincia. Solo tuvieron menos incidencia el VI Mariña Lucense, con 38,5; el II Bergantiños-Coruña, con 45,4 y el distrito III Santiago, con 76, poco menos que el vigués. En sentido contrario destacan dos zonas de Ourense, Valdeorras-Trives y Verín-Viana, en torno a 15.000 hectáreas cada una de ellas. En Galicia se quemaron en 2022 un total de 51.642 hectáreas. En el período 2013-22 en Galicia hubo 20.318 incendios de todo tipo, de ellos más de un tercio en la provincia de Ourense, que congrega la mayoría de los fuegos forestales. En los cuatro distritos de la provincia de Pontevedra se registraron 4.630, similar a Coruña.

Apena el 5% de los fuegos forestales son accidentales

El Plan de la Consellería de Medio Rural llega a algunas conclusiones interesantes con respecto al origen de las llamas durante el verano, afirmando que el 76 por ciento de todos los incendios forestales son intencionados, mientras que solo el 5 por ciento son accidentales y el resto se deben a otras causas o no se han podido averiguar los motivos. También hace una valoración sobre las perspectivas de incendios y superficies quemada en este año, y considera que sería un buen resultado bajar de 16.725 hectáreas, que es la media baja de los últimos años. El promedio alto se sitúa en 19.791 hectáreas. Para poner en valor dicho número, el propio plan de la Consellería de Medio Rural cifra en el distrito de Vigo-Baixo Miño en casi 60.000 las hectáreas existentes de montes, entre el considerado de interés público y el que se gestiona en régimen de comunidad.

El total de la provincia la superficie arbolada y rasa quemada durante los diez últimos años alcanzó las 36.019 hectáreas, en parte con el desastre de 2017, aunque en la provincia de Ourense fue el triple en dicho período, más de 100.000, según los datos del departamento rural de la Xunta.

El Pladiga tiene por objeto el establecimiento de la organización y el procedimiento de actuación de los recursos y servicios cuya titularidad corresponde a la Comunidad Autónoma de Galicia, de aquellos que puedan ser asignados a este por la Administración General del Estado, así como de los que pudiesen ser facilitados por otras entidades públicas o privadas para hacer frente a los incendios forestales dentro del territorio gallego, y permitir, en su caso, una coordinación y actuación conjunta de los diversos servicios y administraciones implicadas en la lucha contra el fuego. 

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