De pegar el sol duro a caer granizos del tamaño de una cereza en Vigo

Arriba, una foto del sábado por la tarde en Samil. Abajo, una muestra de granizo, poco después en Chapela.
photo_camera Arriba, una foto del sábado por la tarde en Samil. Abajo, una muestra de granizo, poco después en Chapela.
Y eso que el sábado la ciudad alcanzó la máxima temperatura del año (29.2º), además de la mínima más alta de lo que va de 2022 (17.5º)

El sábado pasó una de esas circunstancias más surrealistas. Vigo alcanzó la máxima temperatura del año, unos 29,2 grados dignamente veraniegos. Incluso la noche fue también propia del verano, con una mínima de 17,5 a las siete de la madrugada. Sin embargo, en un espacio temporal superreducido, de apenas unos pocos minutos, quienes estaban tumbados al sol empezaron a ver que el cielo cambió de color, se mutó en oscuro, comenzó a tronar, a descargar agua y cayó una granizada espectacular.

En Vigo ciudad no se apreció, pero sí al otro lado del puente. Quienes estaban por Domaio, tuvieron que recoger las toallas a toda prisa ante la llegada de la inesperada tormenta. El vendaval también se sintió en Chapela y Redondela, así como en otros municipios del área, relatan testigos, que vieron como caían "pedradas" del cielo del tamaño de una cereza o una canica y sin parar. La carretera, que durante ese tiempo estuvo impracticable, se vació de coches, los cuales se resguardaron en sitios cubiertos como estaciones de servicio.

 

Poco tiempo después, la tormenta menguó. La tempestad desapareció. Seguramente, la gran mayoría de vecinos de Vigo ni siquiera se dieron cuenta de lo sucedido, porque sus consecuencias casi no se apreciaron en el centro de la ciudad. Solo los que se aventuraron a salir de sus fronteras llegaron a sus casas con una aventura que contar.

Te puede interesar