Las obras colapsan el centro de Vigo con atascos frecuentes

En días como el que se pudo disfrutar ayer, de mucho sol y vacaciones, el centro de Vigo colapsa con atascos constantes de vehículos, especialmente en hora punta. Lo mismo ocurre cuando llueve. La causa se encuentra en las múltiples obras que se están realizando a la vez, que ‘flanquean’ calles como Urzaiz o García Barbón desviando más tráfico del que pueden manejar y provocando embotellamientos de los que día sí, día también muchos usuarios que se desplazan diariamente tienen que soportar.

Todo comenzó con el avance en las obras del centro comercial Vialia y de la nueva estación intermodal de Urzaiz a principios de año. El derribo del infame ‘scalextric’ cortó la calle Lepanto y uno de los dos accesos a la AP-9, por lo que Urzaiz se convirtió en la única alternativa para ir hacia la autopista desde el centro urbano –la única entrada operativa está en el nudo de Isaac Peral–. Esto, añadido al corte de Policarpo Sanz y Elduayen a causa de las obras en Porta do Sol y a los más recientes trabajos de mejora de carreteras en García Barbón y Beiramar han convertido la zona en un continuo embotellamiento de vehículos.

Aunque las obras de Beiramar y García Barbón no se prolongarán por mucho tiempo, no será así en el caso de Porta do Sol y Vialia. Las primeras continuarán, como mínimo, hasta 2022 y aunque el centro comercial se inaugurará el 30 de septiembre, todavía queda por terminar la nueva entrada a la AP-9 y la estación intermodal, que la Xunta estima para diciembre. Además, el Concello espera poner en marcha pronto la segunda fase de las rampas de Gran Vía, para la que tiene luz verde.