La noche viguesa vivió la primera prueba de fuego para su reactivación

Imagen de una discoteca de Vigo.
photo_camera La discoteca Tokyo vivió su primera noche abierta después de un año sin actividad con la prueba organizada por la Xunta para reactivar el ocio nocturno.
El ocio nocturno realizó ayer su primera prueba para su reapertura postcovid. En Vigo, la discoteca “Tokyo” fue el lugar elegido, donde los asistentes tuvieron que realizar una PCR previa invitación del local, que debe llevar un registro y respetar los aforos. Los asistentes sólo pudieron quitar la mascarilla en el momento de la consumición de bebidas. La apertura de todo el sector está prevista para el día 1

La de ayer fue la noche más esperada. 150 vigueses participaron en la prueba piloto para el ocio nocturno que tuvo lugar de las 21 a la una de la madrugada en la discoteca “Tokyo”. Un examen que permitirá saber si las medidas impuestas por la Xunta son suficientes para que los establecimientos de la noche reabran sus puertas después de más de un año de inactividad. Un parón obligado por la pandemia y que originó que las expectativas y las ganas de los participantes en esta prueba fueron muy altas. Tanto, que las entradas puestas a la venta apenas duraron 20 minutos para ser agotadas. La segunda tanda, de poco más de cincuenta plazas aún tardaron menos, y desaparecieron en cuatro minutos. 

Como antesala a la primera noche de discoteca de Vigo tras las restricciones de la pandemia, el alcalde, Abel Caballero, la delegada de la Xunta, Marta Frnández-Tapias, el delegado de Zona Franco, David Regades, y representantes de la hostelería, se acercaron hasta las puertas de la discoteca para animar a un sector que el regidor definió como “motor del turismo de Vigo”, mientras que por su parte Fernández-Tapias anunciaba una nueva línea de ayudas para el ocio nocturno con 5 millones de euros. 

Los preparativos para este examen fueron exhaustivos, según reconocía José Luis Asenjo, propietario del local, poco antes de abrir las puertas de la discoteca. El empresario comentó que los requisitos “han sido muy rigurosos”, algo que el sector espera superar con éxito. El objetivo es  “poder volver a una relativa normalidad. Ahora lo que tenemos que ver también es si los aforos del  50% en el interior y 75% en terrazas, los horarios y el tener que llevar mascarilla salvo cuando estás consumiendo son aceptados por los clientes y la actividad es rentable”, explicaba César Ballesteros, presidente de la Federación Provincial de Hostelería.

Reactivar el sector

Por su parte, el representante de los locales del ocio nocturno, Carlos Rodríguez, manifestaba que “necesitamos que se reactive el sector. Los hoteles nos están llamando para saber cuándo abrimos porque somos un atractivo más para quienes nos visitan, máxime en estos meses de verano”. El número de establecimientos que pueden haber cerrado como consecuencia del cierre forzado durante más de un año es todavía “una incógnita. Estamos esperando que se reinicie la actividad para poder conocer cómo nos ha afectado”, comentó. 

En Vigo antes de la pandemia funcionaban unos 60 locales de ocio nocturno, mientras que en la provincia el número se elevaba a 200 y unos 600 establecimientos, según fuentes de la asociación.  

Las seis pruebas pilotos que se llevaron a cabo en la noche de ayer en otras tantas localidades de Galicia “serán esenciales para saber cómo puede responder el ocio nocturno a la nueva situación y dejar patente ante nuestros clientes que pueden venir a divertirse porque no hay ningún tipo de riesgo”, aseveró Rodríguez minutos antes de comenzar el primer “saturday night fever” postcovid.

La 'familia' de la discoteca 'Tokyo', ayer, en el momento de la reapertura. // David Fernández

Con mascarilla, distancia social y con aforos reducidos

Nada fue dejado al azar. Las medidas de seguridad fueron las máximas desde el momento de acceso al local hasta la salida. El primer requisito era que los "elegidos” debían hacerse una PCR y que el resultado fuese negativo. Con este “salvoconducto”, todos ellos desfilaron ayer ordenadamente para recuperar una noche de discoteca con música, pista de baile y diversión. Eso sí, en todo momento con la mascarilla, salvo para consumir o se arriesgaban a que les llamasen la atención y, en caso de no ponérsela, ser expulsados del local. El aforo impuesto fue del 50% en el interior y con una separación mínima entre las mesas de 1,5 metros así como exigir distancia interpresonal. Los responsables del local demás debían llevar un registro de los clientes que deberán guardar durante tres meses así como garantizar la correcta ventilación del local.

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