El Museo do Mar, con el Archivo Histórico de Pontevedra, prepara para octubre la inauguración de una primera exposición con los fondos del Archivo de Mary Quintero (Melide, 1931), que en noviembre fue adquirido por la Xunta, cedido en comodato por siete años. Cuatro trabajadores, entre documentalista, museólogos y restauradores, organizan la colección integrada por retratos de estudio, positivados a color en papel de distintos formatos, positivos fotográficos en soporte de plástico y más de 700.000 negativos en diferentes soportes. “Esta exposición no podría hacerse si yo no estuviese viva”, afirma la fotógrafa en declaraciones a Atlántico. “Hay tal cantidad de material que solo yo podía darle cierto orden”. Así, Quintero contaba con un registro donde conserva escritos, que documentan el proceso técnico y creativo de cada imagen.
Completan la cesión material fotográfico como las cámaras Hasselblad, Linhof o Yashica, así como placas de cristal, filtros, chasis, fotómetros, ampliadoras, proyectores, paños pintados de fondo, así como el atrezzo utilizado en sus fotografías. “De mi trayectoria profesional solo dejé en casa solo los trofeos, cerca de cien”, apuntó Quintero.
Para la fotógrafa, estos fondos no son solamente el resumen de su vida profesional, “son mi historia como mujer; tuve cuatro hijos a los que nunca pude llevar a ningún evento, sin embargo, cuando volvían a casa su madre siempre estaba allí”. A través de su profesión huyó de lo que se esperaba para una mujer en su época, prepararse para ser una buena esposa y madre, “mi padre no quería eso para mí”.
El estudio de Mary Quintero fotografió la sociedad viguesa desde 1947 hasta su jubilación en 2002. Documenta la forma de vida, la moda y una época con imágenes inéditas del interior de los hogares de la clase media y alta. Retrató a los personajes políticos y culturales de la ciudad. Además, permite un recorrido por la evolución técnica, ya que fue pionera en aspectos como el pintado de las fotografías en blanco y negro o el uso del proyector de fondos.
El trabajo de su hermano, Roberto Quintero, completa el recorrido por el último medio siglo de la vida viguesa. Fotógrafo publicitario, inmortalizó desde finales de los 50 hasta 2006 el mundo empresarial, así como las exposiciones y la acción cultural desarrollada desde la obra social de la caja de ahorros. Estos fondos son custodiados por su hijo, también Roberto Quintero, quien sigue el oficio familiar.
