El monasterio de Santa María de Oia, propiedad de la empresa viguesa Kaleido de logística portuaria, suma entre 7.000 y 10.000 visitantes al año, con un interés creciente gracias a la mejora realizada en la estructura del antiguo edificio religioso. Y también al “boom” del Camino Portugués de la Costa, donde uno de sus tramos, quizá el principal, pasa al lado del viejo cenobio benedictino.
Kaleido adquirió el monasterio hace casi 20 años cuando era una ruina absoluta con la idea de convertirlo en una hospedería de calidad, como se ha hecho en la Ribeira Sacra, con éxito. El tiempo ha pasado y no ha sido posible por problemas urbanísticos o con el abastecimiento de agua, entre otros, pero no tiran la toalla. Incluso la empresa ha realizado importantes inversiones para mejorar al menos parte del edificio y evitar la ruina. “Seguimos adelante, buscando soluciones, aunque con discreción, avanzando porque nos toca esperar. Estamos muy interesados en llevar adelante nuestro proyecto", indicó Xoán Martínez.
En todo caso, reconoce su satisfacción por el buen resultado de las visitas organizadas tras la apertura al público del monasterio. “La verdad es que va muy bien el ritmo de visitas, con mucho interés, la gente puede ver el trabajo realizado y cómo está ahora por dentro”, señala. En este sentido, admite que el incremento de peregrinos del Camino de la Costa, con 33.000 ya este año, ayuda a disparar el interés por conocer el único cenobio existente en la península que se levanta al borde del mar.
