El Hospital Ribera Povisa atendía el viernes a un total de 17 pacientes covid, de los que 14 estaban ingresados en planta y 3 más en la Unidad de Cuidados Intensivos. Javier de la Fuente Aguado es el jefe de Medicina Interna de este hospital vigués y preside además la Sociedade Galega de Medicina Interna.
¿Cómo está viendo la evolución de la sexta ola en el hospital?
Estamos viendo que la proporción de pacientes que ingresan es muy inferior a las olas anteriores. Pasan los días y aunque sigan acumulándose los casos la presión hospitalaria es mejor de lo esperado con respecto a olas anteriores, incluida la que tuvimos en verano.
¿Cuál es el perfil del paciente que ingresa?
La gran mayoría son personas que no se vacunaron por distintos motivos y entre los que no se vacunaron tienen otras enfermedades asociadas que les hacen ingresar, como insuficiencia cardiaca o enfermedad pulmonar crónica.
En diciembre murieron personas de 50 y 60 años sin patologías previas. ¿Cómo se explica?
Cuantas más personas haya no vacunadas, como en Cataluña, mayor porcentaje de pacientes ingresan y eventualmente pueden fallecer, pero la mortalidad ha disminuido de forma dramática. Ahora mismo la mortalidad asociada al covid por número de infectados es inferior al 1%.
¿Qué pasaría con esta cifra de contagios en la primera ola?
Los hospitales estarían colapsados y no habría respiradores suficientes en Galicia. Si esto sucediese antes de la vacunación hubiera sido calamitoso.
¿La vacuna nos rescató?
La vacuna no impidió la transmisión comunitaria, pero bajó las necesidades de ingreso, las complicaciones y la mortalidad. Evita los efectos catastróficos del virus, pero si se trata de una persona enferma o con un tratamiento que le altera la inmunidad es como si no hubiera recibido la vacuna. Por eso insisten en que las personas con inmunodeficiencia o con la inmunidad debilitada reciban dosis de refuerzo.
¿Esta variante puede marcar un antes y un después?
Hemos pasado seis olas y hemos visto aparecer distintas variantes del virus. Ómicron produce un cuadro infeccioso respiratorio no tan grave porque la gente esta vacunada y porque afecta a personas más jóvenes. No es una enfermedad mortal, pero a partir de 55 o 60 años y cuando hay comorbilidades se empieza a complicar la cosa. En la primera ola había gente joven con infección leve.
¿Cómo ve la vuelta a las aulas?
Hay que intentar normalizar las cosas con las medidas de precaución que conocemos todos y que tenemos interiorizadas. Hay que fijarse en los datos de hospitalización y dejar de contar pacientes contagiados. No se debe atemorizar a la población. Si cambian las cosas actuaremos de otra forma, pero si pasan los días y está más o menos controlado, hay que asumir una vida normal, con los niños en clase y con la posibilidad de socializar como se ha hecho siempre. No creo que haya que entrar en medidas restrictivas, las que hay ya son suficientes.
Imagino que el covid es la enfermedad más investigada de la historia.
Nunca se investigó tanto como esto. Si vas a la biblioteca americana de ciencia y pones la palabra covid te pueden salir 70.000 artículos del tirón. El problema es que con la rapidez necesaria con la que se hicieron algunas, el filtro o la calidad de los trabajos fue un poco inferior. Se genera mucho ruido con esta avalancha de artículos, pero los que tienen chicha son menos.
Aunque nadie tiene una bola de cristal, ¿podría aventurar cuándo se acaba la pandemia?
Hay que ser optimista. Cuanta más gente se vacune más probabilidad tendremos de reconvertir el covid en una enfermedad no mortal. Visto como vienen las cosas parece que será así, salvo que aparezca una nueva variante con una agresividad no sospechada, que no suele ser habitual con los virus porque se van adaptando al huésped y tratan de no eliminarlo porque mueren. Espero y deseo que después de esta ola sea una cosa residual, no desaparecerá pero sí quedará como algo residual a falta de una variante que nos complique.
