Los controles policiales que se realizan de forma periódica en hoteles y hospedajes de Vigo lograron localizar el pasado martes a tres sospechosos de formar parte de una banda itinerante de asaltantes cuando acababan de asentarse en la ciudad. Los tres individuos, de nacionalidad albanesa, se alojaban en un establecimiento de Alfonso XIII, y habían llegado en autobús desde A Coruña. Los agentes comprobaron que sobre ellos había una orden de prohibición de entrada en el territorio Schengen tras sendas alertas de Grecia y Francia y, aunque se desconoce el motivo de dichas órdenes, la Policía baraja la posibilidad de que formaran parte de la “avanzadilla” de un grupo organizado dedicado al robo de viviendas.
Sin antecedentes en España, se comprobó que los tres habían entrado en España en avión eludiendo de alguna forma las alertas que pesaban sobre ellos y, aunque tenían billete de ida no tenían de vuelta, lo que pondría en entredicho su versión: que estaban de vacaciones.
Tras su detención, ayer fueron puestos a disposición del Juzgado de Instrucción 4 en funciones de guardia, que decretó orden de devolución a su país de origen. Serán trasladados de forma provisional al CIE (Centro de Internamiento de Extranjeros) de Valencia, hasta su deportación. El próximo 23 de febrero, será fletado un avión rumbo a Albania desde Madrid para llevar de vuelto a este país a todos los ciudadanos interceptados de forma irregular en España.
El aumento de asaltos a viviendas en el último mes, y con especial incidencia en la zona de Val Miñor recientemente, puso sobre alerta a Policía y Guardia Civil sobre la posible presencia de un grupo itinerante. No se ha vinculado a los tres detenidos con ningún robo, pero se sospecha que podrían haber llegado a Vigo como “ojeadores”.
Uno alega que vino a hacer un trabajo como estudiante
La declaración de los tres detenidos se prolongó durante horas, ya que fue precisa la asistencia de un intérprete. Todos coincidieron en que llegaron al país para pasar diez días de vacaciones y el más joven añadió que vino para hacer un trabajo como estudiante y apremió a su marcha porque debía entregarlo. Aseguraron que antes habían estado en Barcelona y en Coruña. Durante su testimonio, otro afirmó que se sentía amenazado en su país porque su suegro quería matarle.
El sistema de alertas debía haber saltado al presentar el pasaporte a su llegada a España por avión, pero no lo hizo.
