Movilidad

La línea de tren Vigo-Ourense por el Miño estará cortada 8 meses pero no mejorará

El rebaje de la plataforma en este túnel de Os Valos ocasionará el corte de la línea del Miño.
photo_camera El rebaje de la plataforma en este túnel de Os Valos ocasionará el corte de la línea del Miño.

Las obras darán la puntilla a la línea que une la estación de Guixar con Ourense por el antiguo trazado y afectará también al servicio hasta Barcelona

La línea del Miño se verá interrumpida este fin de semana, lo que obligará a los usuarios del tren a subirse al autobús para viajar de Vigo a Ourense, como llevan haciendo desde hace más de un año quienes utilizan el ferrocarril para desplazarse a Monforte, Lugo, Valdeorras, Ponferrada o Barcelona. El escaso tráfico de esta línea se verá restablecido a partir del 27 de febrero. Pero esta es una pequeña incomodidad comparada con la que se espera a partir del verano y que dejará interrumpida esa línea durante al menos ocho meses.

 

 

Las obras le darán la puntilla a un servicio ferroviario escaso, lleno de incidentes, pendiente desde hace dos años de la recuperación de los trenes perdidos durante la pandemia y cuya alternativa por carretera también acostumbra a dar desplantes a los usuarios. Y también dejará sin servicio la línea de Vigo con Oporto, que el pasado año había crecido de forma muy importante, pese a a tratarse de una conexión obsoleta y de dos horas y media.

El corte de este fin de semana se debe a la puesta en marcha de nuevas instalaciones y equipos en el sistema de control de tráfico entre Redondela y Guillarei. Se verá interrumpida la circulación ferroviaria entre Guillarei y Vigo desde las once y media de la noche del viernes 23 hasta las seis de la mañana del martes 27 de febrero. Entre esas fechas, los usuarios del tren regional que sale de Ourense a las 10:05 tendrán que subirse a un autobús en la estación de Guillarei, para rendir viaje en Vigo-Guixar por carretera. El tren que hace el regreso, con salida de Vigo a las 14:10, lo harán en autobús desde la estación de Guixar hasta Guillarei para coger allí el tren hasta Ourense. Los viajeros que se suban en Guixar al tren de las 7:10 y los que hacen el recorrido en sentido contrario en el tren que sale de Ourense a las 21:44 tendrán que hacer el viaje íntegro en autobús entre ambas ciudades.

Pero este inminente corte es tan solo un aperitivo. Adif tiene previsto realizar una interrupción mucho más prolongada a partir del tercer trimestre de este año, para poder adaptar la vía entre Vigo Guixar y la frontera portuguesa al nuevo tendido de catenaria para 25.000 voltios que se va a implementar con el fin de unificar el sistema de tensión de ese tramo de la línea del Miño al que existe en Portugal, el mismo de las líneas españolas de alta velocidad y el corredor del eje atlántico. Adif estima que rebajar la plataforma ferroviaria en el túnel de Os Valos, de aproximadamente un kilómetro de longitud, va a suponer el corte de la línea durante al menos ocho meses. Pero ese plazo es solo una hipótesis favorable, ya que, si no se sincronizan debidamente las obras, vendrá una interrupción posterior de otros seis meses para afrontar la supresión del paso a nivel en el centro urbano de O Porriño.

Ninguna de las obras que se mencionan va a suponer alguna mejora para la conexión ferroviaria entre Vigo y Ourense por la línea del Miño, que en la actualidad vive el peor momento de su historia con tan solo dos trenes de viajeros por sentido y un sinfín de incidencias, como los numerosos retrasos, a veces de hasta cincuenta minutos, para trayecto que tiene marcado un tiempo de viaje de una hora y cuarenta y dos minutos, horario que nunca cumple. Se trata de un tren con una muy alta ocupación, no solo de viajeros que se suben a él en la estación de Vigo, también de otros que lo hacen en estaciones intermedias y que lo utilizan como lanzadera para coger el AVE Ourense-Madrid de las 16:25.

La necesidad de recurrir a transporte alternativo se ha convertido en el día a día desde que en otoño de 2022 se interrumpió la circulación por obras en dicho tramo. Y al mismo tiempo en un obstáculo para recuperar los dos trenes por sentido perdidos en la pandemia que no han sido repuestos.

La alternativa no está ahora en manos de Renfe

Ourense y Vigo, dos ciudades históricamente hermanadas por muchos vínculos son sin embargo las peor comunicadas de Galicia en transporte público. Y no solo por la deficiente situación en la que se encuentra la línea del Miño. El transporte por carretera tampoco es para echar cohetes, a pesar de los siete servicios diarios por sentido entre ambas ciudades. Los usuarios del autobús que sale de la estación ourensana a las 15:15, uno de los más solicitados del día lo saben bien. Cuando la ventanilla de venta de billetes no está abierta, y esa es una situación muy frecuente, hay que hacer cola hasta que llega el autobús. A veces, con demasiada gente esperando y buena parte de esa cola se queda en tierra por no existir autocar de refuerzo, sin medio alternativo hasta cuatro horas más tarde.

Acuerdo político

La alternativa no está en manos de Renfe, sino de un acuerdo político que aplique el mismo criterio de servicio público a Vigo y Pontevedra que el que se brinda a los usuarios de Santiago y A Coruña, que pueden utilizar los trenes Alvia procedentes de Madrid con billetes de media distancia e incluso con los bonos recurrentes gratuitos. Eso proporcionaría, a partir de la entrada en servicio de los trenes Talgo Avril, de alta velocidad, desde marzo, cinco trenes diarios por sentido entre Ourense y Vigo, sin necesidad de hacer transbordo por carretera durante las obras, un tiempo de viaje más corto y la posibilidad de bonos recurrentes sin transbordo para los usuarios entre Ourense y Pontevedra. 

La última noticia al respecto la dio el ministro Óscar Puente en una visita-exprés durante la jornada de Reyes con una de las unidades de alta velocidad Avril en pruebas. Dijo entonces que en marzo estaría todo listo. El viaje de Vigo a Madrid quedará con estas unidades AVE en tres horas y 35 minutos.

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