La isla de Toralla seguirá como espacio privado durante los próximos 40 años, hasta 2064

El puente de acceso, construido por la sociedad Toralla SA a partir de 1965, y que tras una pugna judicial se abrió al paso peatonal.
photo_camera El puente de acceso, construido por la sociedad Toralla SA a partir de 1965, y que tras una pugna judicial se abrió al paso peatonal.

La sociedad gestora de la isla señala que cualquier cambio en los accesos tendrá que venir de una actuación de la Dirección General de Costas

El puente de acceso a Toralla continuará siendo una concesión de una empresa privada, Toralla SA, durante otros 40 años más, hasta 2064, salvo que se produzca una compra de los derechos o un acuerdo, lo que parece poco probable. Toralla SA, que desde 1965 gestiona el viaducto y los terrenos comunes dentro de la isla, mantiene una actividad limitada, según señala su presidente, César Real, quien está al frente de la sociedad que tiene unos 300 propietarios, que no son sino los residentes de la torre y los chalés. ¿Sería posible conseguir que los vigueses también puedan entrar en el interior de la isla y no solo en las playas? Según explicó, dicha posibilidad está en manos de la Dirección de Costas, “que tiene competencia sobre una franja exterior, otra cosa es que necesite terrenos de la propiedad”. Reconoció que se trata de un asunto que lleva mucho tiempo sobre la mesa “y sobre el que se ha hablado mucho, pero sin avanzarse nada”. 

Toralla es un misterio para la mayoría de los vigueses, con una frontera hace años colocada en la playa de Vao y que tras una dura pugna judicial fue trasladada hasta la entrada de la urbanización. Real resta dramatismo: “Es una isla, pero en realidad son terrenos privados como cualquier otro en Canido o en Coruxo”, aseguró. Pero lo cierto es que el interés de la ciudad se mantiene desde que se construyó el puente por la propia sociedad explotadora, y de uso exclusivo para los residentes. Finalmente, tuvo que ceder y permitir que pudiera atravesarse en su totalidad al estar sobre dominio público marítimo, lo que obliga a que haya un paso hacia las playas de la isla, también públicas como en toda la costa española.

Recientemente, apareció en una publicación nacional una lista de islas españolas en venta y entre ellas se encontraban dos gallegas, ambas en las Rías Baixas: una, la de Santo do Mar o San Clemente, en Marín, y la otra Toralla. Santo do Mar es cierto: se trata de un islote pegado a una playa entre Marín y Bueu donde no se puede construir nada y que sus propietarios pusieron en el mercado, de momento sin éxito, por 300.000 euros, aunque un empresario mexicano estaría interesado, o al menos así lo aseguraron. En cambio, César Real niega que sea el caso de Toralla, entre otro motivos porque no hay un propietario único, ni siquiera la sociedad promotora que preside sino la comunidad de propietarios y la sociedad, Toralla S.A con concesión sobre la isla hasta 2064 y eso difícilmente va a cambiar. 

Isla con dueños

La isla siempre tuvo dueños. El primero fue el Obispado de Tui, hasta que la Desamortización hizo que acabara en manos del marqués de Valladares. Un emigrante que regresó rico de Argentina, Martín de Echegaray (tiene calle en Coia), se la compró a principios del siglo XX, y sus herederos la venderían en 1965 a Toralla S.A. Curiosamente, fue en la isla donde se fundó la compañía de tranvías eléctricos. La empresa titular fue la constructora de los edificios y chalés, muchos hoy a la venta por precios que alcanzan los dos millones, mientras en la torre llegan a 300.000.

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