La inteligencia artificial puede llegar a las unidades de reanimación del Cunqueiro

Zona de boxes en una de las unidades de Reanimación del Hospital Álvaro Cunqueiro.
photo_camera Zona de boxes en una de las unidades de Reanimación del Hospital Álvaro Cunqueiro.
El sistema, diseñado por el anestesiólogo vigués Miguel Pereira en colaboración con el CITIC, también permite ajustar la medicación en función de las constantes del paciente

La inteligencia artificial sigue abriéndose paso como herramienta en el mundo sanitario. Un especialista en Anestesia y Reanimación del Hospital Álvaro Cunqueiro, Miguel Pereira, diseñó un sistema que unifica la monitorización de las constantes de los pacientes críticos y que propone en tiempo real los ajustes necesarios en la medicación. 

Es el resultado de su tesis doctoral, que obtuvo un sobresaliente cum laude y que realizó en colaboración con ingenieros informáticos del Centro de Investigación en Tecnologías de la Información y Comunicaciones (CITIC) de la Universidade de A Coruña.

Se trata de un sistema semiautomático, porque el cambio de medicación requiere por ahora de la aprobación final de un sanitario, médico o enfermera especialista en críticos, pero apunta que se podría hacer automático en el futuro.

Miguel Pereira explica que “en las unidades de críticos de los hospitales hay muchos equipos tecnológicos que miden las constantes vitales de los pacientes como la presión arterial, la frecuencia cardíaca, entre otras. Mi propuesta era integrar todos ellos en un único sistema de inteligencia artificial, dotado con reglas y criterios que simulen el razonamiento clínico que haría un facultativo para modificar las dosis de los fármacos”.

Para realizar su tesis doctoral contó con la participación de 22 pacientes de todo el sur de Galicia operados en Cirugía Cardiaca y que estaban ingresados en la Unidad de Reanimación. El objetivo era valorar el porcentaje de veces que el médico aprobó la sugerencia del ordenador de modificar las dosis de medicación. El resultado fue que de las 4.100 propuestas del sistema, los facultativos aprobaron el 90%.

Entre las conclusiones de este estudio está la comprobación de que es posible modelizar o transferir el razonamiento clínico del personal sanitario (médico o enfermería) a un sistema de inteligencia artificial. El procedimiento aporta una monitorización continuada del paciente, con mayor exactitud y precisión en las dosis de los fármacos dado que realiza una evaluación de su estado cada dos minutos. “Es como si cada dos minutos un profesional sanitario realizase una valoración del paciente, por lo que los ajustes de la medicación son más precisos. A través de la automatización se consigue que el paciente disponga de la dosis ideal para mantener sus constantes vitales en el rango más óptimo y durante más tiempo”, asegura el doctor Pereira.

Otra de las conclusiones es que también posibilita el teletratamiento, es decir, el manejo remoto de los fármacos.

Pereira: “Será una revolución hacer el tratamiento en remoto”

El anestesiólogo Miguel Pereira realizó sus cursos de doctorado sobre inteligencia artificial porque consideraba que las unidades de críticos eran entornos muy tecnológicos, con muchos aparatos que funcionan sin conexión entre sí, unos para monitorizar el riñón, otros el pulmón y otros el corazón, pero no se había dado el paso de integrar todos esos monitores en uno solo con la ayuda de ingenieros informáticos. 

Por otro lado, señala que la inteligencia artificial permite crear nuevas utilidades para la interpretación de datos y en el mundo sanitario hay interés en este tipo de herramientas. Cita un ejemplo. Ahora estos sistemas pueden emitir una alerta cuando le sube la tensión a un paciente, pero se podía ir más allá, con algoritmos que fuesen capaces de hacer razonamientos sencillos o rutinarios que hacen los profesionales, de tal forma que si le sube la tensión al paciente son capaces de analizar en qué medica es necesario bajar la medicación a esta persona. Y al tratarse de una máquina ("no se cansa"), puede examinar las constantes cada dos minutos y actuar con mayor precisión. En su estudio, el cambio de medicación se hizo con la supervisión final de un profesional, pero podría ser completamente automático, de tal forma que el sistema ajuste la medicación por sí mismo, pero para eso tendrían que hacer un estudio con más pacientes, “nosotros hicimos un estudio experimental”. 

A mayores, considera que sería una “revolución en la atención sanitaria” el hecho de que se podrían controlar remotamente las bombas de infusión, sin necesidad de acceder al entorno del paciente, con la ventaja que supone en pacientes que deben estar aislados. Esto evitaría que los profesionales se vistiesen un epi cada vez que fuese necesario ajustar una medicación, con la mejora de la seguridad para pacientes y sanitarios.

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