Inquilinos alertan en Vigo del alquiler de viviendas sin las condiciones mínimas

Los hoteleros ven “competencia desleal” y “riesgo” en el arrendamiento de edificios por habitaciones sin licencia

Los dos edificios que se ordenó desalojar en la calle Fisterra se alquilaban por habitaciones.
Los dos edificios que se ordenó desalojar en la calle Fisterra se alquilaban por habitaciones.

La situación de los dos edificios situados en los números 11 y 13 de la calle Fisterra que el Concello ordenó desalojar no pasó desapercibida para inquilinos y hoteleros. Además de la preocupación sobre el estado de los inmuebles y particularmente su instalación eléctrica, si no porque ambos inmuebles estaban alquilados en su totalidad por habitaciones.

El Sindicato de Inquilinos de Vigo y el Baixo Miño celebró una reunión de urgencia al conocer la situación de estos edificios tras la que aseguran que se ven “cada vez más anuncios de alquiler por habitaciones, se están publicitando viviendas que no son viviendas, son habitaciones, lugares microscópicos, reducidos, sin las condiciones mínimas para ser puestos en el mercado de alquiler”.

Su secretario Óscar Lomba reconoce que ven como una situación “preocupante” que existan en este momento en Vigo “muchas viviendas que no reúnen unas condiciones básicas de habitabilidad”. En este sentido señalan que existe una legislación que regula condiciones mínimas de una vivienda. “Pensamos que tanto el Concello como la Xunta deberían tomar las medidas oportunas para evitar que se pongan en el mercado de alquiler infraviviendas que no puedan alojar a una persona en condiciones dignas”.

Desde el Sindicato de Inquilinos señalan que el concepto de “vivienda” no es subjetivo, sino que está acotado y legislado, con lo que los parámetros como la superficie de las estancias o la existencia de iluminación y ventilación natural, además de unas determinadas instalaciones, marcan el límite legal entre lo que es considerado habitable y lo que no. En el caso de los edificios de la calle Fisterra consideran inadmisible que en Vigo se permita el alquiler de “habitáculos minúsculos, carentes de las dotaciones básicas imprescindibles, sin calefacción, con escasa iluminación y en estado de insalubridad”.

La situación de estos edificios alquilados por habitaciones, como si se tratase de un hostal, también causó preocupación en el sector hotelero. El presidente de la Federación Provincial de Hosteleros (Feprohos), César Sánchez Ballesteros, asegura que “cualquier actividad sin licencia actuando sobre servicios que ya están regulados, además de ser competencia desleal, es un gravísimo riesgo para las personas que se alojan ahí”.

En este sentido señala que los establecimientos regulados como hoteles, hostales o pensiones cumplen un gran número de normativas de seguridad, higiene, y siguen otro régimen fiscal. “Tenemos que tener planes de emergencia y evacuación, en caso de incidencia tener revisadas todas las habitaciones, controles de saneamiento, de aguas con certificados, de análisis de puntos críticos o incluso controlar las temperaturas de frigoríficos”, explica.

Si bien señala que no tienen constancia de que estos casos sean habituales, incide en que “es distinto alquilar una habitación de una vivienda que realizar un alquiler de todo un edificio por habitaciones, una cosa es que tengas un inquilino en tu casa particular, una cosa pequeña con riesgo pequeño, pero cuando hablas de un edificio entero todos los riesgos se multiplican por treinta”. Por todo ello, pide más inspecciones para evitar este tipo de situaciones.

Cámaras en espacios comunes y cierres individuales

Durante la inspección de los inmuebles de la calle Fisterra, el Concello constató que ambos edificios se dedicaban en su totalidad al alquiler por habitaciones como si se tratase de un hostal pero sin contar con licencia para realizar esta actividad. Las habitaciones contarían con cierres individuales mientras que cocinas y baños funcionaban para uso comunitario.

Además, habría cámaras de seguridad en estos espacios comunes en los que también se apreciaron carteles con normas de funcionamiento y de régimen interno para los moradores, mientras que la instalación eléctrica parecía ser aún la original del año 1965.

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