La Ría de Vigo esconde secretos y tesoros que los vigueses pueden descubrir a bordo del ‘Nautilus’. El barco oceanográfico de Ocean Secrets está equipado con un ROV, un robot submarino que permite contemplar en directo el fondo marino. Destacan en la travesía de una hora y media la inmersión en las bateas y en un barco pesquero hundido.
El recorrido de interpretación ambiental comienza haciendo referencia al monumento de Julio Verne que los viajeros contemplan mientras la embarcación zarpa del Real Club Náutico de Vigo. El polígono de bateas es la primera parada que deja a los visitantes asombrados, pues de la mano de Andrés Blanco, que se encarga de la parte explicativa de la actividad y de manejar el ROV, los viajeros comprueban la gran cantidad de especies animales y vegetales que conviven con los mejillones como las anémonas, que aunque son perjudiciales para el cultivo están presentes en las bateas y no hay manera de erradicarlas.
Tras pasear entre las bateas, el barco inicia la búsqueda de restos hundidos con una sonda en función de sonar de barrido lateral y la ayuda de los viajeros, que participan en la expedición de arqueología subacuática. Así, los más pequeños suelen ser los primeros en avisar cuando detectan que el aparato revela una irregularidad en el terreno. Una vez localizado fijan la situación de latitud y longitud y le ponen un nombre para ubicar el punto en la carta náutica y dirigirse hacia él para volver a sumergir al ROV. De esta manera, los visitantes pueden observar las diferencias y similitudes entre dos escenarios marinos de la Ría de Vigo. La visita concluye con la explicación de la batalla de Rande de 1702. Ayer, en el entorno de las bateas pasaron por el objetivo del robot crinoideos y ofiuras, ambas similares a las estrellas de mar; cangrejos araña, zamburiñas y unos pequeños peces llamados gobios, entre otros. Alrededor del barco pesquero hundido que localizaron encontraron otra multitud de especies como un falso lenguado, espirógrafos, que son semejantes a unos gusanos marinos; y gorgonias, un tipo de coral que sirve como biondicador y permite saber cuánto lleva hundida la embarcación como mínimo. Andrés Blanco destaca que en cada viaje varían las especies que detecta. “Esto no es un zoo. Vamos a encontrar lo que la naturaleza nos quiera ofrecer”, contestaba a una niña que quería ver pulpos.
El Concello oferta esta actividad de manera gratuita un verano más para divulgar la riqueza de la fauna marina de la Ría de Vigo, pero las plazas se agotaron enseguida para los viajes que se realizarán hasta el 27 de agosto de jueves a sábado por la mañana. Ayer el alcalde de Vigo, Abel Caballero, acudió a saludar a los viajeros del primer turno.
