La Semana Santa se acerca en Vigo y los hoteles ya se preparan para el aluvión de visitantes en otro periodo vacacional. Sin embargo, el tiempo cambiante y la prórroga de la temporada de nieve se han convertido en dos factores negativos para los hoteleros de la ciudad.
A falta de una semana, la ocupación media roza el 60%, todavía lejos del 80% que se registró durante el año pasado y, aunque a última hora la demanda se acrecienta, las previsiones de igualar los buenos datos del 2023 empiezan a ser difíciles de alcanzar. Todo ello en una festividad religiosa de poco calado en la ciudad viguesa, con pocos actos y de menor enjundia que la Semana Santa de otros concellos como Viveiro o Ferrol, declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional.
El tiempo es el factor clave para los usuarios. Así lo admiten los hoteleros que diferencian claramente entre el comportamiento del cliente en la Semana Santa (del noroeste de la península en su mayoría) que en un periodo vacacional veraniego, con más planificación. En el hotel Atlántico, su gerente Brais Rodríguez apuntó que sus reservas “son del 55% el jueves y el domingo, pero espero que nos situemos en un 80%”. No esperan un lleno ante las diferentes opciones que se han abierto para este festivo, sobre todo con respecto a la temporada de nieve: “No fue un buen año para las estaciones, pero ahora han abierto después de un invierno complicado y eso nos crea una competencia directa”. En la misma línea apunta Iván Sánchez, presidente de la Asociación de Hostelería de Vigo (Ahosvi): “Todos los amantes de la nieve que no pudieron disfrutarla hasta ahora lo harán en Semana Santa, con lo que tendremos que competir con ello”. Pese a ello, se muestra optimista con llegar al 75%, números más bajos que en 2023 pero suficientes para afrontar el verano con energías: “Actualmente estamos cerca del 60%, somos esclavos del cielo".
