El drama de la escasez de médicos de familia también golpea al hospital concertado Ribera Povisa. Hay tan pocos que se los rifan. En lo que va de año el servicio de Urgencias de Povisa perdió a un total de 12 facultativos. Esto implica que están trabajando con un tercio menos de la plantilla, formada por una treintena de médicos de familia.
Uno de los que se fueron es el jefe de servicio, Ángel Martín, pero fue porque le llegó el momento de la jubilación. El resto pidieron una excedencia para trabajar en otros centros, tanto públicos como privados. Tal como está el mercado, con una carencia acuciante de médicos de familia, se pueden permitir el lujo de escoger y de trabajar con el que les ofrezca mejores condiciones.
Estos doce médicos se fueron entre los meses de enero y marzo, y desde Ribera Povisa esperan encontrar sustitutos. De momento, están echando mano de las guardias y para ello cuentan con profesionales que trabajan en las Urgencias de otros hospitales del grupo, incluidos los de Ferrol o Lugo, pero también acudieron médicos de otras comunidades autónomas como Madrid. El objetivo es que no lo noten los pacientes, a los que procuran dar el mismo servicio. En cuanto a la jefatura de Urgencias, el grupo hospitalario anunció a los trabajadores que esperaba ocupar este cargo en el mes de abril y que a partir de ahí el nuevo responsable se ocuparía de reorganizar el servicio.
En Povisa ya se habían ido hace meses una veintena de enfermeras y auxiliares para trabajar principalmente en centros públicos. El hospital concertado espera firmar antes de agosto un nuevo concierto con el Sergas.
