La flota viguesa en Malvinas (17 buques congeladores de empresas mixtas) acaba de finalizar la campaña y se prepara para regresar, confirmando el resultado adelantado: algo más de 40.000 toneladas capturadas de calamar del tipo loligo, endémico en sus aguas, y la plena recuperación del caladero, que era lo que más preocupaba a los armadores después de lo ocurrido el año anterior. Aunque todavía no hay un resultado exacto, lo mejor, explicaba también ayer Javier Touza, es que hay biomasa suficiente para poder mantener el ritmo de anteriores ejercicios.
El mejor, de 2022, supuso la pesca de 100.000 toneladas de cefalópodos en las aguas de Malvinas (Falkland para los británicos) en un caladero que explotan en exclusiva durante los próximos 20 años los buques vigueses, todos ellos con matrícula de las islas al formar parte de sociedades mixtas. Un acuerdo beneficioso para los partes, pero visto con enorme recelo en Argentina, que mantiene una reivindicación histórica y permanente sobre la soberanía de Malvinas.
En todo caso, Javier Touza considera que con los datos en la mano, se garantiza la continuidad del caladero. “Los científicos nos habían dado buenas perspectivas y la campaña lo confirmó”, señalaba ayer.
Tras concluir la primera temporada del año, los buques regresan a su puerto base de Beiramar, donde se mantendrán para reparaciones y descanso de las tripulaciones durante los próximos meses, hasta la segunda campaña del año, a partir de agosto, siempre con la previsión de superar las 40.000 toneladas. Unas 800 personas van a bordo de los buques.
