En los primeros 20 días de campaña efectiva, la flota que opera en Malvinas con base en Vigo ha capturado ya 20.000 toneladas de calamar loligo, un ritmo inesperado que podría finalizar con cifras históricas. Esto se produce justo al año siguiente del fiasco que obligó a suspender la pesca -en verano- ante la falta de cefalópodos, lo que provocó temor a que hubiera un problema grave y permanente en el caladero. Pero no ha sido así. Los biólogos de Falkland (las Malvinas para los británicos) han registrado una biomasa que estiman en 75.000 toneladas, lo que garantiza la continuidad durante el mes que queda por delante de los 17 buques pesqueros adscritos a sociedades mixtas. De hecho, las posibilidades de pesca son más altas que nunca y podría llegarse a un récord histórico para una campaña en Malvinas.
El año en que se capturaron más calamares fue 2022, con unas 100.000 toneladas entre las dos temporadas, a 50.000 en cada una de ellas. En esta ocasión, los 17 buques congeladores podrían superar la marca, confirmando la buena gestión del caladero, que explota en solitario la flota con base en Vigo gracias a un acuerdo por 25 años con las autoridades de las islas bajo soberanía británica.
Los congeladores permanecen durante casi cuatro meses sin tocar puerto entre la salida, los dos meses de trabajo y la vuelta y llevan a bordo entre 800 y mil marineros y tripulantes, siendo estos últimos mayoritariamente gallegos. Hoy mismo se bota en Vigo un congelador que reemplazará al “Baffin Bay”, hundido cuando estaba en reparaciones en Vigo, y que se incorporará el próximo año o a finales del actual.
