Episodios vigueses: aquel Festival de Música que Portanet pensó traer a Castrelos

Castrelos espera a David Guetta. // Vicente Alonso
photo_camera Castrelos espera a David Guetta. // Vicente Alonso
Este festival, que era uno más y no peor que otros de la época, como el del Mediterráneo, Mallorca o Benidorm

Ahora que se cumple medio siglo de la desaparición del Festival de la Canción del Miño, luego galaico lusitano y finalmente del “Mundo Celta”, revolviendo mis viejos papeles vuelvo a encontrarme con el desconocido propósito del alcalde Portanet de traerlo a Castrelos. En ese sentido, era referencia lejana aparece en algunas memorias de personas que estuvieron muy vinculadas al festival citado, aunque nunca trascendiera.

Este festival, que era uno más y no peor que otros de la época, como el del Mediterráneo, Mallorca o Benidorm, duró desde 1965 a 1974 e Ourense, y lo tengo presente porque ese tiempo marca mi propia juventud y mi desembarco en el mundo laboral del periodismo y la radio, razones éstas que me hicieron conocer y vivir con especial intensidad los últimos años de aquel acontecimiento que evoco. Posiblemente, uno de los escasos documentos sonoros que se conservan sobre aquel festival es el que yo he depositado en el Arquivo Sonoro de Galicia.

Se trata de la transmisión completa que yo realicé como locutor a principios de los setenta para las emisoras de la COPE. Por lo tanto, es una edición completa de cómo era aquel festival, incluido el fin de fiesta. Se escuchan las canciones, el ambiente del pabellón, es como volver a estar allí. El periodista y luego cronista oficial de Vigo, Lalo Vázquez Gil, “Gorecho,” era uno de los más habituales y celebrados participantes como autor en aquel festival y su “Canción de la Queimada”, en gallego, que fuera una de las más celebradas le proporcionó buenos réditos durante mucho tiempo por lo mucho que aquella pieza se reprodujo en su época. Lo de Portanet lo supe mucho después, apenas hace nada, hablando con personajes que estuvieron vinculados a la organización de aquel evento.

El entonces alcalde de Vigo pensaba que el auditorio de Castrelos estaba mal aprovechado y, por tanto, había que enEl escenario del auditorio de Castrelos. riquecer su programa con un gran acontecimiento. De todos modos, en su tiempo de alcalde y posteriores, los veranos de Castrelos estaban incluidos dentro de los Festivales de España y el repaso de la programación nos brinda la cantidad y calidad de teatro, representaciones y conciertos para el gran público de la época, bien contrario de la programación actual que parece exclusivamente pensada para jóvenes, incluido el alcalde Caballero, como telonero mayor. De todos modos, Portanet fue alcalde hasta 1970, y el festival dejó de celebrarse en 1974, por lo que posible que alguien pensara en recuperar su vieja idea.

Me olvidé de preguntárselo a Lalo, y no me extrañaría que se le hubiera ocurrido a él. El Festival de la Canción del Miño, luego Festival HispanoPortugués de la Canción del Miño y por fin Festival de la Canción del Miño de Canción del Mundo Celta (con participación, además de españoles y portugueses, de autores e intérpretes de Irlanda, Gales y Bretaña francesa), que de los tres modos se denominó, tiene una historia curiosa y un final, a mi entender, que no merecía, acosado y atacado, sobre todo por dos periodistas que hicieron armas contra aquel, pues entendían que en lugar de estar orientado hacia la canción ligera debería reconvertirse con un sesgo de compromiso político que no estaba en la menta de quienes lo crearon y lo organizaron.

Entre sus anécdotas curiosas es que una de sus primeras ediciones la de 1967, la ganó el asturiano Víctor Manuel, quien siempre se mostró agradecido por lo que el premio le ayudó a iniciar su carrera. Competían autores y artistas y contaba con un fin de fiesta por todo lo alto, por el que pasaron estrellas del momento desde Juan Manuel Serrat a Nino Bravo. El festival naciera en Agencia de Publicidad Central, donde dos ilustres periodistas locales, Gonzalo Belay Pumares y Luis López Salgado (“Pitis”), hicieron suya la idea de un ciudadano portugués. La primera edición (1965) acabó con déficit, pero la Comisión de Fiestas echa una mano y salvó la situación (en total unas 200.000 pesetas de la época). Y a partir ese momento, se hizo cargo de organizarlo la Comisión de Fiestas del Ayuntamiento de Ourense. En algún escrito posterior, su presidente, Manuel Rego, alude levemente al interés de Vigo para llevar a Castrelos el Festival. Cabe imaginarse que hubiera sido espectacular en este marco. De todos modos, los tiempos cambiaron y ese tipo de festivales tuvo su tiempo. Pero siempre nos quedará la duda de saber qué hubiera pasado si se celebrara en Castrelos. ¿Quién sabe?

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