Un robo en las instalaciones del campo de fútbol hace dos semanas priva a los deportistas de ducharse tras los entrenos
Un jarro de agua fría en Castrelos. El día 13 de enero, el campo de fútbol de A Mina, donde comparte el equipo del Castrelos y sus categorías inferiores con el Pereiró, sufrió un robo en sus instalaciones de fontanería que les dejó sin agua caliente. Una situación que se lleva alargando durante dos semanas, desde que se produjo la intervención vandálica, y que afecta directamente a más de 600 jugadores. La mayoría, niños de sus equipos base, que ven como no pueden utilizar las duchas ni los seis vestuarios de los que disponen por falta de agua.
“Casi no hay servicio ni para realizar las necesidades básicas para un espectador”, aseguró Miguel Román, presidente del Castrelos, que no entendió la pretensión de los ladrones por “un beneficio de 40 euros por el robo de cobre que deja un gasto de casi 6.000”. Coste no afrontado por el equipo sino por el Concello, aunque ya han demorado su actuación “hasta dentro de casi dos meses más porque no lo consideran algo urgente”.
Todo ello sucede en un año reseñable para el club, que pasa a integrar la nómina de equipos centenarios en la ciudad y que, además de los problemas en las duchas, también cuentan con un estado del césped en malas condiciones, que aumenta la probabilidad de lesiones en los jóvenes jugadores. “No es algo que queramos para nuestro centenario”, apuntó su presidente.
La gota que colma es vaso es la sanción de 180 euros por cada jornada disputada en Castrelos al no cumplir el vestuario las normativas de la Federación Gallega de Fútbol, multa que “sí sale del bolsillo del club, y podría ser totalmente innecesario si arreglasen lo antes posible”.
