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El Oscar de Bonilla a la Vista

Bonilla en Vigo en calle Cuba. La famosa churrería estuvo durante años frente al García Barbón.
photo_camera Bonilla en Vigo en calle Cuba. La famosa churrería estuvo durante años frente al García Barbón.
La coreana "Parásitos", vencedora absoluta, hace abierta publicidad de la casa gallega

La empresa es coruñesa y la película coreana, pero miles de vigueses han sentido como propia la casa Bonilla a la Vista, churrería histórica cuya marca de patatillas -palabra tótem, 100% viguesa- aparece de forma visible en la película "Parásitos", ganadora absoluta de los Oscar con cuatro premios. En un momento del film, uno de los protagonistas coge un bote con patatas fritas y se puede ver perfectamente que es de la marca gallega. "Parásitos" pasó sin apenas novedades por la cartelera viguesa a finales del pasado año, sólo en los Norte. Luego, con el boca a boca se acabaría reponiendo y es previsible que se dispare tras lograr un hecho histórico: ganar a la vez el premio a la Mejor Película y a la Mejor Película en lengua no inglesa (ahora denominado película extranjera). La historia es conocida: una familia de cuatro miembros que piratea hasta el wifi logra introducirse con engaños y mucha inteligencia en una familia vecina de alta sociedad, que parasita en una crítica social con humor negro.

Bonilla hizo historia como chocolatería frente al García Barbón, para dejar paso a otro local en Marqués de Valladares que hace poco echó el cierre. Aún queda el nombre en la calle Cuba, ayer cerrado por descanso del personal. En cambio sí pudo celebrarlo como éxito el empresario César Bonilla, que a sus 87 años sigue al frente del negocio familiar, y contó en una conversación con Efe en su fábrica de Arteixo que se enteraron por el boca a boca de que su peculiar lata de medio kilo forma parte del atrezo de este filme "cuando ya estaba proyectándose" en España.

"Las noticias ahora corren muy rápido", afirma Bonilla, que pese a que ninguno de sus clientes coreanos les trasladó su presencia en dos escenas de "Parásitos", le comunicaron muchos conocidos de A Coruña "que salía la lata ahí debajo de la mesa". A raíz de su cameo, la firma coruñesa ha duplicado su producción. Hace dos semanas la venta online en España de sus famosas patatas se incrementó en un 150 %, asegura a Efe el encargado del departamento de Marketing de la empresa, Diego García.

Así, la familia de empleados Bonilla se multiplica, pues su plantilla, formada por unos 115 trabajadores, ha aumentado en un 10 % en las últimas dos semanas, y prevén que el éxito continúe al alza.

En su fábrica de Arteixo fabrican las 550 toneladas de patatas que comercializan anualmente, de las que unas cuarenta viajan hasta Corea del Sur, país en el que este producto, que se vende allí desde 2016, se ha convertido en un objeto de culto. Pese a que poseen varios formatos como bolsas grandes y pequeñas, lo que triunfa en el país asiático son las famosas latas de medio kilo, distintivo de la casa, según señala César Bonilla, pues "la lata se conserva mucho mejor", aunque "la calidad del producto es la misma". "Ahora estamos haciendo unas latas más pequeñas que son más manejables y pueden ir con ellas por la calle", exclusivas para Corea y  escritas en coreano.

Desde 1932 con patatillas y con churros

El secreto del éxito lo tiene claro este coruñés que nació en 1932, el mismo año que la marca creada por su padre, Salvador Bonilla: "si no tenemos calidad, no vendemos". Y por eso este alimento elaborado con pata, aceite de oliva y sal puede encontrarse en más de veinte países como Bélgica, Suiza, Reino Unido, Francia, Italia, Estados Unidos, Panamá o incluso Australia, que se incorporó a la distribución en 2019. "Todos los que lo pidan están servidos", sostiene Bonilla sin cerrar puertas a su expansión. Incluso recuerda, que, según le comentaron, "Boris Johnson cuando era alcalde tenía que tener siempre una lata a en su despacho". Este empresario que ya repartía latas de patatas por Coruña en moto con veinte años  se muestra feliz al observar cómo crece su negocio y, aunque confiesa que todavía no ha visto la película, no oculta su agradecimiento: "Tendré que ir a verla pronto". Aunque no pactaron ninguna  de publicidad, el hombre cuya firma es conocida también por sus churros, enfatiza satisfecho: "¡Que salgan donde quieran".

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