Un día de lluvias intensas a principios de mes resultó suficiente para subir tres puntos el embalse de Eiras y dejarlo en el 83 por ciento, que es el porcentaje en que se mueve durante el invierno, cuando Augas de Galicia (de la Consellería de Infraestructuras) opta por dejar un resguardo para evitar crecidas. Eso solo ocurre cuando la presa se encuentra por encima del 80 por ciento de su capacidad a partir del inicio del año hidrológico, que a estos efectos comenzó el pasado 1 de octubre. A partir de abril, ya con la primavera, Eiras se coloca al 100 por cien de su capacidad para tener suficiente margen para poder afrontar el verano con garantías. Por tanto, no habrá problemas de suministro ni en otoño ni en invierno, incluso con estaciones secas. No es el caso de Zamáns, que se mantiene en un nivel muy bajo, a apenas el 60 por ciento de su capacidad, siendo una instalación diez veces más pequeña que Eiras, que abastece a la mayor parte del área metropolitana.
El informe de la Confederación Hidrográfica sobre el abastecimiento del área metropolitana plantea ceder Zamáns para el Val Miñor -ahora también está conectado a un parte de Vigo- y construir una conexión en el Verdugo, en su unión con el Oitavén, para bombear en casos de urgencia. Además, también plantea ampliar Eiras con otra presa auxiliar. Por su parte, ayer Augas de Galicia, inició la consulta pública durante tres meses de la propuesta del Plan especial de Sequía de Demarcación Hidrográfica de Galicia-Costa, con medidas que garantizan el abastecimiento de agua y permitan anticiparse ante posibles episodios de sequía o escasez.
