Vigo amaneció ayer con un nuevo crimen. Sobre las 23 horas del sábado un hombre de 57 años, Francisco Javier B.D. murió de disparos de un arma de fuego en la rúa de Abaixo, una calle de la zona del Rocío en el barrio de Coia de casas unifamiliares, confirmaron fuentes de la Policía Nacional. Al menos un tiro le alcanzó la cara. Un testigo vio al agresor y explicó a la Policía que vestía un chándal.
Ya de madrugada se detenía a un vecino, de 53 años, Luis M.C., que vive en esa calle, y los agentes entraron en su casa llevándose una escopeta. Las brigadas de la Policía Científica y de Homicidios investigan lo sucedido.
Ambos tenían antecedentes policiales y al cierre de esta edición continuaban las pesquisas para conocer el móvil. De hecho, ayer por la tarde, agentes de la Policía Nacional, junto a la comisión judicial, se personaban en la vivienda del detenido, para llevar a cabo un registro. Está previsto que pase en las próximas horas a disposición del Juzgado de Instrucción 2 de Vigo, en funciones de guardia.
Los vecinos de las casas colindantes aseguran que es una zona muy tranquila, por eso les extrañó ayer noche oír dos petardazos. Al principio no le dieron importancia pero luego ya empezó a llegar la Policía y se encontraron con toda la situación a la puerta de su casa. Otros aseguran que había temas de drogas.
Una pareja que estaba en trámites para comprar la casa de al lado se personó ayer por la mañana en la calle para ver exactamente qué casa era donde había pasado el suceso.
El suceso se produce tres días después de otro homicidio, el de Mari Carmen, que perdía la vida por las cuchilladas que, presuntamente, le asestó su hermano en Lavadores y solo una semana desde que otro joven llegara malherido al hospital por un disparo.
Sindicatos policiales critican la situación en Vigo
Desde la Confederación Española de Policía señalaron ayer que “la violencia y delitos graves se adueñan de Vigo” y aseguran que vienen avisando desde hace años, remarca José Javier Martínez, secretario de Comunicación del sindicato en Galicia.
“Estamos matando moscas a cañonazos, Vigo se ha convertido en un avispero donde cada día hay más delincuentes en las calles y menos policías para hacerles frente, una muestra de ello es proliferación de puntos de ventas de droga por numerosas calles de la ciudad, en un momento en que hay menos grupos y policías que persigan este delito, sin contar que Vigo y su área de influencia carece de una unidad de guías caninos para prevenir este delito en la calle”, añade.
Finalmente asegura que “es una vergüenza lo que estamos viviendo a nivel profesional y los resultados los está sufriendo el conjunto de la ciudad”, concluye.
