Tras haber actuado en atentados y ataques incendiarios protagonizados por el Ejército Guerrilleiro, Resistencia Galega y haber desactivado artefactos colocados por ETA en 1996 y 2006 en Baiona, Portonovo y Sanxenxo, en 50 años de historia, los técnicos del Servicio de Desactivación de Explosivos y Defensa Nuclear, Radiológico, Biológica y Química (Sedex-NRBQ) de la Guardia Civil en Pontevedra se enfrentan en la actualidad a la amenaza de la delincuencia común.
El jefe de explosivos de la comandancia Pontevedra, Félix Arbizu, aseguró ayer, durante una exposición inaugurada en el Puerto de Vigo para conmemorar el aniversario de esta unidad, que “aunque siguen presente a nivel global tanto la amenaza terrorista islamista como la de ataques bioquímicos, actualmente el principal peligro está en la delincuencia habitual”. Según afirmó, “ahora no nos enfrentamos a grupos terroristas sino a delincuentes que utilizan distintos artefactos caseros para volar cajeros de entidades bancarias por ejemplo”. Arbizu incidió en que “estamos preparados con medios cada vez más sofisticados”.
Fue en mayo de 1973 cuando la Guardia Civil ante la demanda de especialistas en desactivación de explosivos comenzó a especializar a sus agentes con el apoyo del Ejército de Tierra. Lo explicó el coronel Simón Venzal, encargado ayer de inaugurar la muestra itinerante que permanecerá abierta al público en el Tinglado del puerto vigués hasta el domingo. Esos primeros 400 artificieros dieron paso a una escuela de desactivación y al departamento de control del que surgió el Sedex-NRBQ.
A lo largo de medio siglo, los especialistas de esta sección del Instituto Armado han participado en 5.702 incidencias en la provincia, desactivando 282 artefactos improvisados, los que se utilizan en atentados y otros 16, simulados que suponían una amenaza. Acudieron a 261 falsas alarmas, destruyeron 822 materiales peligrosos y llevaron a cabo más de 41.000 reconocimientos preventivos de seguridad. La muestra es también es homenaje a los 14 especialistas fallecidos.
