Debajo de una batea en Porta do Sol

“¿Una batea en seco?” o “¿dónde están los mejillones?”. Estos fueron alguno de los comentarios que se escucharon ayer entre los viandantes que miraban con cierta extrañeza la instalación que ocupa el centro de Porta do Sol. Es el pabellón efímero del festival TAC de Arquitectura Urbana, impulsado por el Ministerio de Agenda Urbana y Vivienda, junto a la Fundación Arquia y en colaboración con el Concello. Estará hasta el 14 de julio y acogerá actividades en torno al deporte, a la música, al patrimonio histórico, al benestar social, al turismo, al comercio, a la juventud y a la igualdad para todos los públicos que se pueden consultar en www.tacfestival.com.

El reto que plantea es repensar el espacio urbano y abrirlo a las personas en busca de un nuevo concepto de las ciudades, en diálogo con la tradición. Tras Granada, Valencia y Donostia, en esta edición comparten protagonismo Vigo y San Fernando, que entran a formar parte de la Red de Ciudades TAC.

“Es una oportunidad para ir transformando el espacio urbano. Queremos generar una red por toda España, cada edición muta, permite introducir el carácter local, en esa combinación encontraremos el acierto. Elementos como el cambio climático abogan a pensar desde la centralidad de la ciudad, en este caso, Porta do Sol, y generar conocimiento, sumando experiencias, por lo que la que gana no es la única mirada”, afirmó Javier Peña, el director artístico del TAC, tras la inauguración a la que asistieron el secretario general del Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana; Sol Candela, directora de la Fundación Arquia; el alcalde Abel Caballero, junta a su homóloga de San Fernando, Patricia Cavada, a donde se desplazará el festival en septiembre.

Para la directora de la Fundación Arquia, “Vigo es una ciudad contemporánea que apuesta por la sostenibilidad” y destacó que la importancia de contar con el talento de arquitectos jóvenes para el cambio urbano. “La colaboración entre las instituciones hace posible impulsar a estos profesionales”. Con respecto a otras ediciones, indicó que es la innovación técnica el tema más debatido: “Estos proyectos consiguen sorprendernos, son novedosos como este que nos permite caminar bajo una batea”.

Por su parte, el secretario general del Ministerio de Vivienda justificó el festival para ayudar a esta nueva generación de arquitectos de menos de 40 años, que le llevó a asesorarse con el Moma de Nueva York.

Finalmente, el alcalde Abel Caballero cerró el turno de intervenciones poniendo el foco en los ciudadanos: “Quien humaniza la plaza es la gente que la ocupa”, declaró.

Los arquitectos, Óscar Cruz y Pablo Paradinas, vieron materializarse su idea tras tres semanas en la ciudad, trabajando codo con codo con los artesanos Fran Millán, que se ocupó de la madera reciclada, y Amalia Puga que junto a las rederas de A Guarda, elaboraron “los pétalos envolventes”.

La distribución de la plaza obligó a reducir la superficie a 12x12 metros. “Normalmente, el tamaño de las bateas es el doble o el triple, pero las dimensiones fueron establecidas por las maderos que aparecieron varados en las playas; nosotros hicimos un ensamblaje para entrar en diálogo con el entorno y los edificios a través de fricciones y alejamientos”, afirmó Cruz. Así, el conjunto se compone por madera erosionada por la sal, redes recuperadas del fondo marino o el “muerto” que fija la batea al suelo elaborado con granito rosa Porriño que vincula la contemporaneidad con la tradición.

Las otras miradas, en el Colegio de Arquitectos

El concurso recibió 127 propuestas, el máximo de participación hasta el momento. Los ganadores obtuvieron 15.000 euros y 90.000 para la realización del proyecto. Pero además se entregaron otros premios, cuyos diseños están expuestos en el Colegio Oficial de Arquitectos. El segundo puesto, dotado con 3.000 euros, recayó el “Float”, de Miguel Herreras y Valerio Di Festa, una colchoneta hinchable colgada de una grúa. El tercer puesto, con 2.000 euros, se repartió entre tres propuestas: “Muro e porta”, de Alberto Vallejo, Justo Díaz y Guillermo Pozo; Porto do Sol, de Álvaro de Llera y “Vaya, vaya, aquí no hay plaza”, de Vania Collazo y Iago Grande. En el resto de las propuestas seleccionadas dominó el tema de la batea, visto desde distintas perspectivas.

En la exposición también se muestran los ganadores y los finalistas del concurso para San Fernando. La ciudad gaditana acogerá el pabellón “Atlas de Flora”, de Malakouti Jordan e Irene Aldea en la Plaza del Rey.