Conchi Somoza, gerente de la asociación APAMP

Conchi Somoza: "Las personas con parálisis cerebral quieren ser uno más"

Concepción Somoza, en el set de Atlántico.
photo_camera Concepción Somoza, en el set de Atlántico.

La primera residencia para personas con parálisis cerebral cumple diez años. Actualmente, viven 47 usuarios que se sienten “en casa”. Se trata del Centro de Atención Integral que tiene la Asociación de Familias de Personas con Parálisis Cerebral (Apamp) en Navia y que se había construido con una inversión de 6 millones de euros aportados por la Xunta y el Estado en terrenos cedidos por el Concello de Vigo.

 

 

¿Por qué vieron la necesidad de hacer una residencia?

La residencia nace cuando la asociación tiene más de 30 años. Las personas a las que prestamos apoyo se van haciendo mayores y sobre todo sus familias. Las personas con parálisis cerebral tienen grandes necesidades de apoyo en las actividades de su vida diaria, prácticamente en casi todo. Eso en una familia supone un esfuerzo físico importante y cuando los papás y las mamás se van haciendo mayores se va notando. Además, empezaban a darse en la entidad situaciones de orfandades y dobles orfandades. La residencia tiene 10 años, pues 16 años antes nos habíamos puesto en la tarea de buscar una solucion. No pensábamos que tardaríamos tanto y por el medio tuvimos que buscar otra solucion.

¿Cuál fue el resultado?

Fue un trabajo largo e intenso. Cuando abrimos teníamos muchos miedos porque era un nuevo servicio. Teníamos un centro de día ocupacional, pero los chicos vivían en sus casas con su familia y ahora pasaban a depender las 24 horas del día y los 265 días del año de la organización. Fue un salto cualitativo importante. Siempre quisimos que fuera como su segunda casa, que no perdieran la de la familia que les quedara, a la que podían ir o venir ellos  verlos. Hoy cuando les preguntamos  muchos nos dicen que esta es su casa y eso nos hace sentir muy bien porque significa que está a gusto.

La asociación nació hace 46 años. ¿Cómo fue el origen?

Se crea porque diez familias que tenían a personas con discapacidad en su entorno no tenían recursos a los que acudir. En aquel momento se crea con dos objetivos claros: trabajar para que las personas con discapacidad tuvieran acceso a la educación y al ocio, y en estos años fue dando respuesta a todas ls necesidades de estas personas. Hoy tenemos cinco centros de trabajo y atendemos a las personas desde su nacimiento al final de su vida.

¿Aún quedan cosas por hacer en materia de inclusión?

 Hay temas que crees que están superadísimos, ya peleamos mucho por ellos y de repente volvemos atrás. Está pasando con el autobús urbano. Prácticamente no había problemas de accesibilidad, pero vuelven a aparecer autobuses sin rampas o con ellas estropeadas. También nos gustaría que hubiera más recursos a disposición de los profesores para que la inclusión sea efectiva y que nos tengan en cuenta cuando diseñan una obra o un servicio.

¿Qué piden a la Administración?

Las entidades estamos haciendo un trabajo que tenía que hacer la Administración, por tanto queremos que nos pongan los medios necesarios para hacer un trabajo de calidad. Es verdad que nos apoyan y que sin ellos no podemos hacer nada, pero parece que siempre tenemos que estar llorando y pidiendo cuando es un derecho de las personas.

¿Qué reclaman a la sociedad?

Que nos conozcan. Damos una imagen que puede ser muy impactante y puede asustar. Cuando abrimos el centro de la Florida hace 30 años los vecinos protestaron. Cuando nos vieron en la calle y tomando el café en el barrio como uno más llegó un momento en el que no teníamos que salir a apoyar a nadie. El de la cafetería sabía en qué vaso bebía aquel y con qué pajita, le prestaba apoyo. Eso es lo natural, que nos conozcamos, porque la sociedad es una red de apoyo para todos, con discapacidad o sin discapacidad. Eso sería lo ideal. 

Son conocidos por sus ferias de artesanía. ¿Tienen pensado dar mayor impulso a esta faceta?

Es una de las actividades por las que somos reconocidos.  Los primeros talleres que abrimos eran de macramé y cerámica, siempre apostamos por la creatividad porque está en todo en la vida y porque en el mundo del arte no hay tantos estándares. Desde hace más de 30 años estamos inscritos con ocho actividades artesanales  en el registro de artesanía de Galicia y participamos en las ferias como uno más. Sí vamos a dar ese salto que me preguntaba con la creación de una marca propia que presentaremos en breve, con su web y su tienda de venta online.

¿Cómo se llamará esa nueva marca?

Se llamará Casa Rodante. Hasta ahora los productos que se elaboraban llevaban el nombre de Apamp. Seguimos creyendo que los productos tienen que ser comprados porque les gustan y no por quién los hace, aunque cuando sepamos quién los hace esto tenga un valor añadido muy importante.

Tienen también intervenciones artísticas en la calle.

En Miguel Hernández queremos tener una calle dedicada al arte y la poesía, ya hicimos tres intervenciones. Y este año nos gustaría recuperar la obra colectiva que hacíamos en la placeta del Paseo de Alfonso.

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