Los centros de salud realizan cribados para detectar casos de violencia de género, con cuestionarios validados por el Sergas, y para ayudar a las mujeres que encuentran en esta situación. Una vez identificado el caso, la solución viene de un equipo multidisciplinar, en el que se coordinan distintos estamentos (sanitario, servicios sociales, jurídico, policial, entre otros).
La novedad es que ahora estos cuestionarios se van a incluir también en la historia clínica electrónica y para ello se está impulsando la formación de los profesionales sanitarios, este año con cuatro cursos programados desde el Sergas tanto para Atención Primaria como para otros servicios como Urgencias, Salud Mental o Ginecología. Hubo una primera edición el año pasado y se llenó.
“Las mujeres que sufren violencia de género tienen que saber que no están solas, los sanitarios estamos aquí para ayudar", afirma la doctora viguesa Rosana Izquierdo, una doctora que ejerce en el centro de salud de Sárdoma y que decidió formarse en violencia de género nada más terminar la especialidad de Medicina de Familia. “Veía que las mujeres eran asesinadas por el único hecho de ser mujer, era una violación de los derechos humanos y un problema de salud pública. Como profesional de la salud decidí implicarme por la magnitud del problema, por su gravedad y por el impacto en los servicios sanitarios”. Desde hace tiempo forma parte del grupo de trabajo “Violencia de género y salud” del Sergas y también es responsable de estos temas en la Asociación Galega de Medicina Familiar e Comunitaria (Agamfec). No es la única que se ocupa de esto y recuerda que desde 2007 el Sergas imparte formación específica sobre la materia a todos los profesionales sanitarios, incluidos médicos, enfermeras, matronas, trabajadores sociales, fisioterapeutas, a los MIR, entre otros, y destaca que la Facultad de Medicina de Santiago incluye una clase sobre violencia de género en la asignatura de Medicina de Familia.
“En Atención Primaria tenemos la oportunidad y la responsabilidad de ayudar a las mujeres, por nuestra cercanía a la población, nuestra atención longitudinal en el tiempo, la capacidad para coordinarnos con otros servicios y la accesibilidad. Tenemos que mejorar la detección y acompañar a las mujeres que lo sufren”. El cribado se hace a partir de los 15 años.
Preguntada por el daño a la salud, afirma que tiene consecuencias a corto, medio y largo plazo. Van desde el asesinato a las lesiones físicas, el deterioro de la salud mental, la afectación de la salud sexual y reproductiva como embarazos no deseados, enfermedades de transmisión sexual o violaciones, así como malestar y síntomas difusos como cefaleas, problemas digestivos, artralgias y consecuencias sociales como el aislamiento. “No están solas”, concluye.
Una de cada tres mujeres sufrió esta situación alguna vez
La prevalencia de la violencia de género es alta, reconoce Rosana Izquierdo. Explica que no hay más que echar un vistazo a los últimos datos sobre violencia de género el año pasado en España. Hubo 55 mujeres víctimas mortales, de las que el 75% no habían denunciado, así como 56 menores huérfanos y dos menores asesinados.
Se estima que del total de mujeres residentes en España que tienen entre 16 y 74 años y que han tenido pareja alguna vez, casi una de cada tres ha sido víctima de algún tipo de violencia (psicológica, física o sexual) alguna vez en su vida. Además, un 11,2% fueron víctimas de violencia por última vez durante los últimos cinco años y el 4,4% en los últimos doce meses.
La prevalencia estimada de la violencia en la pareja varía en función de la edad y es aún más grave entre las jóvenes. Se calcula que afecta al 38,4% de las mujeres que tienen entre 18 y 29 años que han tenido pareja alguna vez en su vida.
Estos son los resultados de la primera Encuesta Europea de Violencia de Género que se dieron a conocer hace pocas semanas y que se corresponde con datos recabados en 2022 en los 27 países de la UE, incluida España. Es además la primera encuesta sobre violencia contra la mujer que se realizó dentro del marco del Sistema Estadístico Europeo que coordina Eurostat.
Los autores analizaron la violencia sufrida por las mujeres entre 16 y 74 años, residentes en España, que han tenido alguna vez pareja en su vida, y utilizaron una batería de preguntas para cada tipo de violencia. Se considera violencia en la pareja si la persona agresora es la pareja actual, una expareja o una pareja del pasado fallecida, y puede ser de tres tipos: psicológica, física (incluyendo amenazas) y sexual.
Otro dato preocupante de la encuesta se refiere al hecho de que las víctimas no tienen mucha confianza en las instituciones para pedir ayuda. Solo un 16% acude a servicios especializados y un 24% a la policía.
Rosa Izquierdo recuerda lo que dice la OMS: las mujeres “están esperando silenciosamente a que alguien les pregunte” y los profesionales sanitarios son “en los que más confiarían para revelar una situación de abuso”.
