Deibe Simo, educador social: “Los casos de acoso escolar que se conocen son la punta del iceberg"

El profesor de la UVigo Deibe Fernández-Simo.
photo_camera El profesor de la UVigo Deibe Fernández-Simo.

Con motivo del Día Internacional contra el Acoso Escolar, el Colegio de Educadoras y Educadores Sociales de Galicia considera necesario crear un ambiente escolar inclusivo, respetuoso y seguro para afrontar estas situaciones. En su opinión, una de las estrategias debería ser la incoporación de profesionales de educación social como expertos en la materia y como figura de referencia para los alumnos. Deibe Fernández-Simo es educador social y profesor en la Facultad de Educación y Trabajo Social de la Universidad de Vigo.

¿Qué pueden aportar los educadores sociales?

Los profesionales y los investigadores tenemos claro que sin educación social no es posible hablar de una escuela segura en problemáticas como el bullying y otras cuestiones que les preocupan. El alumnado necesita espacios de seguridad donde comunicar, sentirse cómodo y trasladar esas vivencias, y esos espacios requieren de perfiles que no coincidan con los del profesorado. En la estrategia de combate contra el bullying es imprescindible la incorporación de figuras socioeducativas, sin eso no habrá una estrategia eficaz como demuestras distintas investigaciones. El acoso no se ataja esperando a que el alumnado vaya y lo comente, eso no ha funcionado hasta ahora. De hecho, los casos que se denuncian son solo la punta del iceberg.

 ¿Por qué lo dice?

Los educadores sociales de Galicia pueden hablar de infinidad de casos que les llegan de personas que en su día sufrieron acoso que en ningún momento fue detectado ni se trabajó con ellas. Las estadísticas no se corresponden con la realidad por esa falta de espacios para comunicar. Nosotros apostamos por estrategias proactivas más que reactivas, cn un educador social presente en el recreo o en las aulas, y que los alumnos interioricen la presencia de esa figura con la que se pueden comunicar y que sirva también como elemento de detección de los signos externos para evitar que ocurra y activar los mecanismos de intervención.

¿Hay alguna comunidad que los haya incorporado?

En Extremadura desde hace años, en Canarias lo están implantando, en Baleares también. Actualmente, no hay elementos de detección activa en las escuelas. Con las últimas reformas legislativas se está aplicando el coordinador de bienestar, una figura que teóricamente está para responder a situaciones de vulnerabilidad de los alumnos. En Galicia está siendo ejercida por personal sin cualificación específica.

En la comunidad tenemos a 5.000 personas formadas en educación social, que es la especialidad que se creó en 1991 para atender estas situaciones, y no entendemos que haya un profesor de música, de religión o de cualquier otra disciplina atendiendo necesidades socioeducativas de gran complejidad. Yo tengo 20 años de experiencia profesional, una tesis doctoral y varias publicaciones, y aun así a veces es difícil acertar con la estrategia. Que me expliquen cómo puede hacerlo alguien sin formación especializada, no puede basarse en el voluntarismo o en acciones intuitivas. Sin educación social en las escuelas no se puede hablar de inclusión social efectiva ni de escuela segura para un porcentaje importante de la población. 

¿Cómo responden los centros?

La respuesta de los centros escolares es muy diversa. Depende del factor humano y de la implicación que haya.  Hay profesores que se implican, pero están superados por la falta de medios, no tienen formación especializada.  

¿Cuáles son los signos de alarma?

Cuando hablamos de acoso escolar nos debe preocupar que estén bien el fin de semana y cuando llega el domingo por la noche tengan malestar, digan que no tienen ganas de ir al colegio, o que haya una bajada en el rendimiento escolar. Nos preocupa también que cada vez haya menos supervisión familiar y la exposición a las redes sociales. Pedimos a las familias que dediquen tiempo a hablar con sus hijos, ver sus cambios de humor y lo que les inquieta. También es fundamental ver si se relacionan con otros en los recreos o si decae el estado de ánimo.  

Los niños están más expuestos a las redes sociales, aun contexto donde los padres no tienen acceso a la supervisión y control. En esos espacios pueden vivir situaciones de acoso tremendas, con “observadores y validadores” que no lo condenan, que se suman o que mantienen un silencio cómplice. Muchos padres no saben qué hacer, los que tienen medios van a un gabinete. Son situaciones que generan mucho sufrimiento y pueden tener consecuencias en el futuro, generan inseguridad, rechazo a lo académico, dificulad para la relación en grupo.

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