CASO DÉBORAH

Cobra fuerza la hipótesis del crimen pasional en el 'caso Déborah'

Los agentes de Madrid, durante su estancia en Vigo para la exhumación de Déborah.
photo_camera Los agentes de Madrid, durante su estancia en Vigo para la exhumación de Déborah.
El Juzgado de Instrucción 2 de Tui ordena nuevas diligencias tras los resultados sobre las fibras halladas debajo de las uñas y que señalan a un sospechoso

La primera prueba objetiva sobre quién podría estar detrás de la desaparición y muerte de la joven Déborah Fernández ha llevado al Juzgado de Instrucción 2 de Tui a ordenar nuevas diligencias de investigación.

Según pudo saber este diario, el equipo policial de Madrid  se trasladó recientemente a la ciudad, después de que el Instituto de Toxicología  remitiera el informe sobre las fibras halladas debajo de las uñas  de la víctima y que  halló coincidencias con la ropa de cama perteneciente al principal sospechoso.  

El trabajo policial de las últimas semanas se redirige hacia la que ha sido la hipótesis número uno a lo largo de los años, el crimen pasional. Desde un principio, la Policía  barajó  la acción homicida en el caso  y apuntó a una persona con vinculación afectiva con la víctima, primero por cómo apareció el cadáver (depositado con mimo en una cuneta, con sus partes íntimas tapadas y a la vista para que pudiera ser encontrado) y segundo, por la aparente ausencia de signos de resistencia  en el cuerpo, que confirmaría una confianza de la joven hacia su verdugo.

A las diligencias ordenadas por el juzgado, se sumará la petición de los abogados de la familia sobre el cotejo de las fibras halladas debajo de las uñas con las que fueron encontradas en su pelo durante el levantamiento del cadáver. Ayer, los letrados rechazaron hacer valoraciones respecto a  los resultados del informe de Toxicología al entender que se trata de un  “dato objetivo” . 

Del cadáver de la joven y el escenario criminal en el que apareció la Guardia Civil entonces tomó diversas muestras, entre ellas numerosas fibras que se encontraban entre el pelo. La información forense obtenida en aquel momento del examen realizado a los microrrestos textiles revelaba  que había distintas composiciones, (algodón, sintético, vegetal y lana)  y cuatro colores diferentes (amarillo, azul, gris y blanco).

Atendiendo a esa formología habría coincidencia en las dos fibras  de las uñas similares a la de la ropa de cama cotejada, las de color claro de algodón.  Aunque deberá ser el análisis del laboratorio el que corrobore las semejanzas.

De autorizarse dichos cotejos y de confirmarse los resultados  mostrarían que la joven de Alcabre estuvo sobre la misma manta o colcha con la que se le cubrió la cabeza, bien para su muerte bien para su traslado. El hecho de que en el resto del cuerpo no hubiera restos de fibras hace pensar que su asesino solo utilizó esa prenda  para la cabeza de la víctima, por lo que se podría hablar de el posible arma homicida.

Desde el  Juzgado se declinó informar sobre las diligencias ordenadas y sobre si se va a tomar alguna decisión respecto a la persona propietaria de la ropa de cama cuyas fibras coinciden con las de las uñas de Déborah.

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