Uno de los retos prioritarios de la Universidad de Vigo de cara al futuro es la renovación del personal docente. Así lo reconocía el propio rector, Manuel Reigosa, en el acto de inicio del curso universitario, y así lo refrendan las cifras con las que trabajan en el equipo de gobierno de la institución, que estiman que el 60% de la plantilla de docentes – unos 600 en total– se jubile en menos de 15 años, lo cual provocará un ‘atasco’ a la hora de renovar el cuerpo docente, una renovación que se va a tener que hacer con cuidado para mantener los estándares de calidad actuales.
La vicerrectora de Profesorado y Ordenación Académica, Patricia Valcárcel, anuncia un pico de jubilaciones en 2037 (teniendo en cuenta las fechas de jubilación forzosa, que en la universidad es a los 70 años), aunque apunta que “ya supondrán un problema a partir de 2030”. A día de hoy, cada año se jubilan unos 20 miembros del PDI de la UVigo –la mitad de manera forzosa, aproximadamente– , pero la vicerrectora de la institución viguesa indica que “sabemos que esa cifra se va a duplicar o incluso triplicar” a lo largo de los años hasta llegar a ese pico esperado de 2037. “Si en 15 o 18 años vamos a perder a más de la mitad del profesorado permanente, tendremos que sustituirlo, pero al ritmo que se derive de las necesidades docentes, que pueden verse afectadas por el descenso demográfico”, matiza.

Identificar las causas
La edad media de la plantilla docente de la UVigo supera los 53 años. Como aclara la vicerrectora, este inconveniente no es exclusivo de la institución, más bien todo lo contrario: “Se trata de un problema estructural de la universidad española en general y del Sistema Universitario de Galicia en particular, ya que afecta tanto a la nuestra como a USC y UDC”. Por esta razón, y para poder tomar las medidas apropiadas para paliar la situación, se han tratado de identificar las causas del preocupante envejecimiento del cuerpo docente, que Valcárcel reduce a dos: la idiosincrasia de la carrera académica y los 10 años de reducidas tasas de reposición que paralizaron la promoción dentro de la UVigo.
Sobre la carrera académica, la vicerrectora explica que “es un proceso largo, como una carrera de fondo”, puesto que “hay que ir cumpliendo distintas fases, demostrando la capacitación y excelencia a través de publicaciones, docencia y evaluaciones”. Así, cuando uno se consolida en la universidad “ya tiene una edad avanzada”.
Sobre las tasas de reposición limitadas durante casi una década por causa de la crisis, Valcárcel apunta que ha sido de importancia “capital” a la hora de permitir que la edad media de la plantilla llegase a los extremos actuales. “Se fijaron tasas de reposición 0 y durante todo este tiempo no podían integrarse a personal de plantilla druante 10 años”, añade. Así, se formaron “tapones” en el acceso a las plazas permanentes, con bolsas de hasta 100 personas por categoría que tenían ya todos los requisitos para poder promocionar, pero no podían. “Cuando se fue relajando, la UVigo aprovechó la oportunidad y los que piden acreditaciones ahora esperan muy poquito tiempo para integrarse en plantilla”, señala la vicerrectora.
30 plazas anuales de ayudante doctor para impulsar el relevo
Una vez identificadas estas causas, la institución viguesa pasó a la acción con dos medidas que ponen en el centro a una figura que es de importancia capital a la hora de llevar a cabo el relevo generacional: ayudante doctor. “Poder iniciar la carrera académica a través de una figura como esta que ya tiene un perfil muy académico es muy importante”, señala la vicerrectora de Profesorado, Patricia Valcárcel. “Un ayudante doctor puede esperar que vaya a haber una docencia estructural para que pueda ocupar una plaza permanente en poco tiempo”, añade.
Por esta razón, el compromiso de la UVigo es de sacar las máximas plazas de ayudante doctor posible: 30 anuales. Además, aparte de fomentar la estabilización del personal a través de esta figura, la institución ha ido más allá. En aquellas áreas de conocimiento donde no hay docencia disponible que no dé lugar a sacar una de estas plazas pero sí que se prevén jubilaciones forzosas en un plazo de pocos años, la universidad viguesa está haciendo un esfuerzo por dotar de plazas de ayudante doctor para anticiparse a este relevo. “Así, si estas personas se integran un poco antes de cuando les toca, pueden recibir formación y orientación por parte del personal más experimentado que se retirará pronto”, comenta Valcárcel.
Las razones detrás de esta medida son hacer frente a ese período de transición y al necesario relevo generacional, pero manteniendo la calidad de la docencia y la investigación que hoy en día permite a la UVigo estar posicionada como la mejor universidad del Sistema Universitario de Galicia y entre las 600 mejores del mundo según el ránking Shanghai.