El “boom” del mercado de la miel en Vigo, en riesgo por la falta de abejas

El apicultor José María Seijo, en Bembrive.
photo_camera El apicultor José María Seijo, en Bembrive.
Hay más apicultores que nunca pero la producción desciende de forma notable por las velutinas, el mal tiempo y la varroa, que causan estragos en las colmenas. Piden ayuda porque, además, se enfrentan a la competencia desleal de las mieles extranjeras, sobre todos chinas, de dudosa calidad: “son prácticamente sirope”, señalan

El mercado de la miel en Vigo no atraviesa su mejor momento. Pese a que, según los datos que maneja el Ministerio, hay más apicultores que nunca, el sector apícola en la zona está muy desestructurado y la gran mayoría de las explotaciones no llegan a las 150 colmenas, que es el mínimo exigido para la profesionalidad. Además, en los dos últimos años la cosecha de miel ha descendido de forma importante, debido sobre todo a tres factores: el clima y amenazas externas como la avispa velutina o la varroa (un parásito que se alimenta de las abejas y las debilita gravemente).

Así, los apicultores de la zona están en pie de guerra. Reclaman, entre otras cosas, que el Gobierno les conceda la subvención de 20 céntimos por litro de gasolina como al resto de agricultores y ganaderos. “Estamos indefensos de todo”, cuenta José María Seijo, apicultor vigués dueño de la empresa Meles JS, cuya miel ha recibido numerosos premios a nivel nacional e internacional, que añade que esta ayuda sería un gran alivio porque “los apicultores de esta zona, por culpa de la velutina, nos pasamos el año moviendo los colmenares de sitio”. Además, en el caso particular de Vigo, las explotaciones suelen estar en municipios y parroquias de los alrededores y los propios apicultores se desplazan mucho para llevar la mercancía porque trabajan preferentemente con el comercio local. Seijo va más allá y critica que el Gobierno no dedique más recursos a proteger las abejas: “La apicultura es el sustento de la mayoría de plantas, sin las abejas la mayoría de la polinización seria totalmente nula. El Gobierno está desprotegiendo a los apicultores, que son quienes cuidan las abejas, que se morirían con las enfermedades que hay y la climatología”.

Otro de los problemas a los que se enfrentan los apicultores vigueses es la importación de mieles de dudosa calidad que, además, aparecen mal etiquetadas en los puntos de venta. Así lo explica Daniel Villaverde, socio gerente de Apicelta, una empresa familiar afincada en Vigo que cuenta con unas 150 colmenas en A Cañiza: “Las grandes envasadoras de mieles extranjeras van a buscar precio. ¿Cuál es el problema? No van a encontrar calidad”. Daniel se refiere con esto a la miel de países como China, donde “la leyenda cuenta que las abejas ni visitan las flores y las alimentan con jarabe de glucosa”, o Uruguay, donde “hay muchos problemas con un herbicida, el glifosato, y sale mucha miel con límites por encima de los tolerables”. 

Además, esta miel extranjera, que se suele mezclar con mieles de producción nacional, aparece etiquetada como ‘mieles de España y la Unión Europea’, pero Daniel explica que “más del 90% es de estos países y la española no pasa del 1%”, por lo que los apicultores piden que se especifiquen estos porcentajes en los envases.

Marcos González, de Mel Niño do Corvo, tiene 540 colmenas en O Rosal e incide en esta “competencia desleal” de las mieles chinas, de las que sostiene que “son prácticamente sirope” y se venden a un precio mucho más bajo que la que se produce en la zona. Además, explica que el inicio de año, con muchas lluvias, perjudicó todavía más a la producción de miel, ya en mínimos desde hace dos años, pues “cuando llueve la colmena no sale a trabajar”.

“Se tiende a forzar las colmenas como si fuera una industria”

El experimentadísimo apicultor vigués José María Seijo sostiene que, pese a lo que muchos creen, el mayor problema de los cuidadores de abejas es la varroa, no la avispa asiática: “Quien termina con la colmena es la varroa debilitando a las abejas, la velutina viene a rematarla”. Explica que “contra la varroa tenemos infinidad de medicamentos, pero es necesario hacerlo en el momento oportuno y bajo ciertas condiciones, si se hace todo el año no sirve para nada”. 

Para Seijo es necesario que haya un cambio de mentalidad en el sector: “Hoy en día muchos se están formando como criadores de abejas, crían abejas que van a morir todas”. El apicultor vigués  señala que “queremos forzar a estos insectos, que dependen mucho de la climatología y la flora, como si fueran una industria y no pensamos en que son unos insectos delicados”.

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