La asociación de anorexia y bulimia vio 170 casos este año

La Asociación de Bulimia y Anorexia ofrece charlas en centros educativos y en otras entidades.
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Las comidas navideñas representan un sufrimiento para estos pacientes y desde la asociación que los trata reconocen que suele haber un repunte de casos tras las fiestas

Las fiestas navideñas, con las sucesivas citas para comer y cenar en abundancia, generan un fuerte sufrimiento a las personas que padecen anorexia, porque se ven obligadas a enfrentarse a situaciones que consideran muy negativas.

La Asociación de Bulimia y Anorexia de Pontevedra (Abap) reconoce que las consultas de las familias aumentan por estas fechas y que es frecuente registrar un repunte de casos a principios o mediados de enero por esta causa, algunos de los cuales debutan por primera vez.

Los días señalados de la Navidad se asocian a mesas con un exceso de comida y muchas de estas personas optan por evitar la cena de Nochebuena o de Fin de Año, o reclaman celebrarlo a pequeña escala, con los miembros habituales de la unidad familiar, para poder contar con un menú más cotidiano. Es el momento de ver cómo se relacionan las personas con la comida y de escuchar excusas como “yo ya comí” o “ya piqué algo por ahí”.

La asociación, que tiene su sede en Bouzas, atendió este año a 170 personas, "un volumen elevado" según afirman, contando  los pacientes que vienen de atrás y todavía están en periodo de recuperación y los que acaban de comenzar con este trastorno. A raíz de la pandemia se había producido una explosión de casos, con un incremento del 60% entre 2020 y 2021, y este año aunque se estabilizaron un poco las cifras se sigue notando un “continuo de casos” que son consecuencia del confinamiento. Otra de las novedades, que también achacan a la pandemia, es que la edad de los afectados bajó y hubo un bum entre la población de 12 a 14 años.

La psicóloga de la entidad, Ana Rodríguez, rcuerda que en caso de detectar algún indicio o ante la duda es recomendable acudir a un profesional para que determine si hay un trastorno o si se descarta. “Cuanto antes se inicie el abordaje más fácil solución tiene”, apunta la psicóloga.

Valoran la apertura de camas en el Cunqueiro

La Asociación de Bulimia y Anorexia de Pontevedra recuerda que el abordaje de estos trastornos de la conducta alimentaria es mutidisciplinar y que se realiza a nivel nutricional, psicológico y psiquiátrico. 

En relación con esto, valoran como una buena noticia la próxima apertura en el Hospital Álvaro Cunqueiro de una unidad de hospitalización psiquiátrica infanto-juvenil, que incluirá camas para estos pacientes, puesto que hasta ahora los casos más graves tenían que acudir a la unidad especializada de Santiago, la única que había en Galicia, y el resto ingresaban en camas de Psiquiatría y de Pediatría del Cunqueiro, en función de la edad, o en la planta de Endocrinología del Meixoeiro.

La entidad imparte numerosas charlas de prevención en colegios, institutos, asociaciones de padres, entidades vecinales y otros colectivos que lo solicitan para concienciar sobre estas conductas, explicar las señales de alarma y la forma de abordarlo.

Ana Rodríguez: “Las redes muestran una realidad ficticia”

 La psicóloga de la asociación, Ana Rodríguez, señala que son varias situaciones las que provocan que en un momento determinado estas personas “exploten en este caso con la comida, como otros lo hacen con el alcohol, las drogas y  otro tipo de adicciones". Explica que la anorexia se asocia mucho a personas muy perfeccionistas y que tienen un perfil muy controlador, mientras que la bulimia se asocia a personalidades un poco más caóticas. Aunque no siempre es así, porque también puede haber personas caóticas que empiezan a hacerse controladoras y personas muy controladoras que se van hacia la bulimia.

En cuanto a los factores externos, apunta que las redes sociales son el caballo de batalla porque muestran una realidad ficticia y, sobre todo los adolescentes, quieren llegar a la perfección que ven en ellas. También influyen los “grupos de iguales” y por otro lado la sociedad en general que se fija en el físico. “Cuando pierdes peso te lo valoran como algo muy positivo y cuando subes un poco te dicen que hay que cuidarse más y que no te vayas a despistar. Son momentos en los que pones el foco donde no debes, la persona ya sabe cómo está”.

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