Los arquitectos técnicos ven inviable que el ‘ladrillo’ vuelva al máximo nivel

Dos empleados del sector de la construcción trabajando en una obra.
photo_camera Dos empleados del sector de la construcción trabajando en una obra.
Señalan que la actividad del sector de hace 20 años resulta imposible de recuperar, con miles de licencias

La aprobación del nuevo Plan General (PGOM) probablemente mejorará el sector de la construcción en cuanto a obra nueva, pero en ningún caso supondrá volver a recuperar las cotas de actividad del pasado, los noventa y principios de siglo, cuando se despachaban hasta 3.000 licencias al año para viviendas (año 2003). En 2016, en cambio, no llegaron a 30. Así de tajante se mostraron los directivos del Colegio de Arquitecto Técnicos de la provincia (Coatpo), que también indicaron que el sector se encuentra con graves problemas para encontrar mano de obra y con una media de edad cada vez más avanzada entre los trabajadores. El presidente de Coatpo, Manuel Rañó, estuvo acompañado por el delegado en Vigo, Antonio Arias, y dos de sus vocales. 

 

 

Según indicaron, lo más probable es que una vez entre en vigor el PGOM (primer semestre de 2024) haya un crecimiento del “ladrillo”, pero muy lejos de las cifras de hace veinte años que, indicaron, “son inalcanzables”. “Las cifra de los años noventa y primeros 2000 no se van a volver a alcanzar en ningún caso, ni siquiera con el nuevo Plan General, eso seguro, estamos en otra dinámica”, señaló Arias. Los antiguos aparejadores van un tanto por delante de las licencias al registrar expedientes de obras, tramitación anterior a la concesión del permiso municipal, por lo que pueden prever el futuro inmediato. Este año el “ladrillo” cae con fuerza, si bien hacen alguna matización. La más importante, que aunque haya menos licencias, son en general de proyectos de más importancia, para edificios colectivos en lugar de viviendas unifamiliares.

Antonio Arias y Manuel Rañó (en el centro) con los vocales  José Iglesias y Pablo Freiría, ayer en Coatpo.
Antonio Arias y Manuel Rañó (en el centro) con los vocales José Iglesias y Pablo Freiría, ayer en Coatpo.

En lo que sí incidieron es en que el Plan General dará más seguridad jurídica a la hora de iniciar proyectos y es posible que pueda poner en el mercado suelo de licencia directa, el más fácil de desarrollar y que ahora mismo estaría prácticamente agotado, según las previsiones del obsoleto, pero vigente, Plan de 1993. Otra de las funciones de los arquitectos técnicos es la de realizar inspecciones de los edificios, las famosas ITE. Reconoce que se producen numerosos expedientes negativos.

Falta mano de obra en la construcción ‘con mejores condiciones que la hostelería’

Los arquitectos técnicos son los responsables de estar en la dirección de la obra “un poco como los directores de orquesta, mientras los arquitectos serían los compositores”, señalaron, y como conocedores directos han constatado una caída importante del número de profesionales del “ladrillo”. Mantienen que las empresas promotoras no encuentran albañiles, fontaneros y otros operarios y echan de menos que no haya una enseñanza reglada tipo FP que harías las cosas más sencillas.

Creen que quizá haya todavía un prejuicio hacia la profesión “de cuando era un trabajo de sol a sol y mal pagado, ahora no es así en absoluto, son ocho horas de lunes a viernes y en mejores condiciones”, explicaron, comparándolo además con la hostelería “que está peor pagada y es más dura, porque trabajan también los fines de semana”. Un peón de albañil estaría cobrando ahora unos 1.200 euros al mes.

La falta de personas obliga a las empresas a realizar contrataciones de personal sin cualificar, últimamente de inmigrantes extranjeros que encuentran un trabajo, pero que tienen que ser formados. La otra consecuencia es que la edad media de los profesionales mejor valorados, como los capataces, ya supera los 50 años y sin relevo a la vista. “Al final, son los propios empresarios los que se ven obligados a formar a sus trabajadores, pero a día de hoy no hay solución”, señalaron los arquitectos técnicos, con 660 colegiados en Coatpa.

“El proceso de concesión de licencias es lento y complejo”

También advirtieron sobre que el proceso de concesión de licencias es muy lento, no solo en Vigo, sino en general en todas las ciudades “y más cuanto mayor sea” La ley exige conceder el permiso en un plazo de tres meses, que se incumple de forma sistemática. Lo habitual, indicaron, es irse a seis meses o incluso un año. ¿Por qué? Entre otras causas por la compleja trama administrativa que en el caso de Vigo se complica todavía más al tener que compatibilizar dos planes, el que está en vigor con las normas provisionales de la Xunta (el famoso instrumento de ordenación provisional) e incluso con el Plan que se va a aprobar. Un auténtico laberinto que lleva a alargar todo el proceso.

Los arquitectos técnicos también destacan que mientas tanto han constatado el buen comportamiento de la rehabilitación, en parte gracias a las ayudas públicas concedidas a comunidades de vecinos para renovar sus edificios, tanto el interior como las fachadas, y en otra parte por ser la forma más sencilla de poder realizar una actuación en el centro urbano, una vez que las parcelas son pocas y están ya comprometidas u ocupadas.

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