Vigo

Amigó atendió a 60 familias por violencia de hijos a padres

La Fundación Amigó también realiza labores de mediación entre padres e hijos, entre otras tareas.
photo_camera La Fundación Amigó también realiza labores de mediación entre padres e hijos, entre otras tareas.

La fundación lleva año y medio en Vigo y también ofrece charlas en centros educativos

La Fundación Amigó atendió ya a unas 60 familias de la ciudad desde su llegada Vigo en enero del año pasado para poner en marcha el proyecto “Conviviendo”. Es una propuesta socioeducativa y terapéutica para familias en las que se registran casos de violencia filio-parental. Tienen preferencia las familias en riesgo de exclusión social puesto que cuentan con financiación de la Xunta para ello, pero a día de hoy atienden también a otros perfiles de forma gratuita, según explica el coordinador del proyecto, José Antonio Morala.
 Buena parte de los casos les llegan a través de los centros escolares, en los que realizan una campaña de prevención de las conductas violentas en el seno de la familia y proporcionan a alumnos de segundo ciclo de Primaria y de ESO herramientas para el control de la ira, entre otras. Hasta la fecha ofrecieron estas sesiones a unos 1.500 escolares. Otras familias llegan a través de la web o del boca a boca y les están empezando a llegar también desde los Servicios Sociales del Concello de Vigo, con el que aspiran a tener un acuerdo estable.
El programa tiene una primera fase en la que explican el proyecto a la familia que lo demanda y entrevistan a padres e hijos para conocer la causa del problema. Si aceptan el proceso de intervención, se llevan a cabo entrevistas semanales con hijos y padres y se realiza un proceso de mediación en el momento adecuado para llegar a acuerdos sobre pautas, para ver las consecuencias de los comportamientos, para recuparar una relación de mayor confianza y cercanía. También organizan grupos de padres y talleres para adolescentes. La intervención puede durar entre 9 meses y 1 año en función de lo enquistado del problema.
Son casos de violencia reiterada de los hijos hacia los progenitores y que se usa para evitar sanciones, conseguir más beneficios como dinero, llegar más tarde a casa, que  no les quiten el móvil o para no estudiar. Reconocen que los propios  estilos educativos pueden influir en la aparición de estas conductas. “Las conductas se pueden desaprender y aprender comportamientos más sociales y facilitadores de la conviviencia. Intentamos que no recaiga la culpa ni en los menores ni en los padres, aunque los padres se sienten culpables muchas veces, piensan qué habrán hecho para que su hijo se comporte así o que se debe a un problema de salud mental. Esto no contribuye a mejorar, te inmoviliza. Trabajamos para que se replanteen sus valores, sus sistemas educativos y sus pautas y les acompañamos”, apunta Morala. También influye la dificultad del propio niño o de la familia, por su temperamentos, sus habilidades, las equivocaciones en los estilos de comunicación. El proyecto nació en 2015 y  a día de hoy ya está funcionando en ocho ciudades españolas. En Vigo están en Purificación Saavedra 15, y se puede contactar a través de la web o en el teléfono  692 698 665.

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