Junto al padre, también declaró ayer por videoconferencia desde Francia, una de las amigas íntimas de Déborah en 2002. Su testimonio habría desvelado las últimas confidencias que le habría hecho la joven sobre sus planes respecto al fin de semana antes de desaparecer. Aunque se mantiene un gran hermetismo respecto al contenido de ambas declaraciones, los relatos aportados ayer habrían permitido añadir nuevos trazos a una posible reconstrucción del último día de la joven.
La familia y los amigos más cercanos de Déborah vivieron en primera persona los diez días de intensa búsqueda de la joven tras la denuncia de desaparición. Desde el primer momento, los padres estaban convencidos de que no se trataba de una marcha voluntaria, a pesar de las dudas iniciales de la Policía.
Los peores presagios se cumplieron cuando una vecina de la parroquia de Portecelo en O Rosal encontraba el cuerpo de Déborah, desnudo y tapado con hojas.
El abogado critica “negligencias” policiales
El abogado Ramón Pérez Amoedo que representa a parte de la familia Fernández-Cervera rompió ayer su silencio para criticar la actitud negligente e incompetencia de “algunos equipos policiales que llevaron la investigación y que no llegaron a tomar declaración a las personas que más saben de Déborah” en referencia a sus padres.
Las críticas se han materializado en quejas formales ante la Policía porque una “vez finalice este procedimiento aconsejaremos a la familia que se inicien las acciones legales oportunas para dirimir responsabilidades ”.
Asimismo, incidió en que tanto él como el otro letrado con el que llevan la causa, “no hemos dado falsas ilusiones a la familia, sólo ilusiones,” algo que les achacaba el nuevo equipo policial.
El letrado defendió la discreción de las actuaciones que “hemos mantenido desde que nos hicimos cargo del caso en mayo de 2019” ya que su único objetivo es “saber la verdad”, de ahí que mantenga su rechazo a revelar cualquier contenido del procedimiento.n