La víctima le conocía desde hacía varios años por lo que aquella madrugada de agosto de 2022, cuando se lo encontró a la salida de una discoteca y él le propuso ir a su casa a fumar y escuchar música, ella accedió. Lo que no se esperaba era que mientras charlaban, tumbados en una única cama del dormitorio de la vivienda, él se desnudara en sus partes íntimas y comenzara a rozarla. Ella, al percatarse, se apartó tratando de incorporarse, pero ya no pudo. El relato de la Fiscalía sobre los hechos ocurridos en ese domicilio de Vigo sostiene que fue entonces cuando el hombre, de 34 años, sujetó a su amiga, levantándola en peso y arrojándola contra la cama, abalanzándose sobre ella e inmovilizándola al tiempo que, “con ánimo de atentar contra la moral sexual de la víctima”, le subía el vestido hasta la cintura, arrancándole la ropa interior. Todo ello, sostiene el escrito de acusación, mientras ella lloraba, gritaba y se resistía.
No hubo piedad. Él le separó las piernas, mientras la golpeaba en la boca para que se quedara quieta y le agarraba el cuello apretándoselo para intentar llevar a cabo su objetivo. Solo cuando se dio cuenta de que ella sangraba por la boca, la soltó, momento en el que consiguió liberarse, abandonando la vivienda, gritando auxilio y socorro.
El hombre, que será juzgado en la Audiencia la próxima semana, se enfrenta a ocho años de prisión por un delito de violación, cinco de libertad vigilada y nueve de alejamiento y comunicación de la víctima.
El mismo tribunal también sentará en el banquillo a otro acusado de un delito sexual, en esta ocasión de abuso con penetración en un menor de edad ocurrido en su domicilio en 2022. Se enfrenta a nueve años de cárcel.
