El salón de actos del Cunqueiro acoge mañana (13:30 horas) una conferencia sabierta al público sobre la medicina popular en la obra del escritor Álvaro Cunqueiro. La imparte el catedrático de Microbiología de la Universidad de Valladolid, José María Eiros, un mindoniense invitado por el tercer aniversario de la apertura del Hospital.
El escritor Álvaro Cunqueiro tuvo en sus brazos a José María Eiros cuando era un bebé en su Mondoñedo natal. Nadie podía imaginar que este facultativo se iba a convertir años después en un apasionado de la obra literaria de su paisano y de su peculiar visión de la Medicina. Mañana hablara sobre Cunqueiro en una charla abierta al publico en el hospital, donde acudirá la familia del escritor y el presidente del Parlamento de Galicia, Miguel Santalices. Lo presentará el jefe de Microbiología y catedrático, Benito Regueira.
¿Qué relación tiene Cunqueiro y su obra con la Medicina?
Cunqueiro escribe relatos cortos de menciñeiros con una fidelidad pasmosa a la Tierra, al hombre, a la lengua y a la tradición, y mezcla magistralmente la comprensión del ser en nuestro país con la actividad del menciñeiro. Tiene relación porque tiene tres fuentes de conocimiento en su vida: el contacto con su padre, que era farmacéutico, la vida en la botica en los bajos del Obispado de Mondoñedo y los personajes a los que él conoce y a los que altera en función del mensaje que quiere transmitir.
¿Qué es lo más novedoso?
Lo innovador de su obra es que el menciñeiro se aproxima al paciente de una manera absolutamente original y entiende a las personas como un todo. No solamente ve su enfermedad, sino que ve su vida.
¿Cómo se puede aplicar en la vida real esa forma de aproximarse al paciente?
La visión de sus menciñeiros es absolutamente genial. La manera que tiene de comprender la enfermedad trasciende la visión puramente orgánica y va a una visión que pudiéramos llamar psicosomática que nos es muy útil en Medicina para entender que el ser humano que tenemos enfrente acude a nosotros buscando consuelo o buscando remedio para su enfermedad, pero es un todo. En nuestro sistema sanitario vamos una superfocalidad, en mi caso la infecciosa, pero eso Cunqueiro no lo ve. Los métodos de sus curanderos son geniales como escuchar, comprender, pasear y luego les confiere una especialización muy llamativa, hay menciñeiros especialistas en traumatología, otros en dermatología yu algunos tienen poderes de trasmundo o sobrehumanos.
¿Leyendo a Cunqueiro diría que hay enfermedades típicamente gallegas?
No, lo que hay es una tipología típica del gallego. Yo también ejercí aquí. El paciente gallego expone a veces un acertijo existencial. Cunqueiro tiene una visión muy potente del derecho y del revés de la vida. García Sabell analiza muy bien la obra de Cunqueiro y habla de las vueltas y contravueltas de la imaginación del gallego y de la manera de sentir. El gallego lo que tiene es una manera peculiar de exponer lo que le pasa, sus dolencias.
¿Cómo son los tratamientos que se aplican en su obra?
Es una de las siete partes de la conferencia. Primero expondré que Cunqueiro combina métodos con fundamento orgánico con una concepción fisiopatológica y farmacológica orgánica. Los curanderos usan sangrías, sinapismos, purgantes y un régimen de vida, de comidas, friegas con baños y horas de sueño. Y combina estos métodos con otra modalidad de tratamiento dirigido al fondo vital del ser humano que es la inteligencia y los afectos.
¿Cuál es su obra favorita?
“Merlín e familia”. Es un libro que regalé mucho. Cunqueiro tiene dos épocas apasionantes. Una transcurre en Mondoñedo donde escribe en gallego “Merlín e familia”, “As crónicas do Sochantre” (Premio de la Crítica) y “Si o vello Sinbad volvese ás illas”. Se revela como un literato que narra poderosamente y que fue absolutamente rompedor en su tiempo. En Vigo tiene otra trayectoria creativa importante.
¿Conoce el nuevo hospital vigués? ¿Qué opina del nombre?
No lo conozco y me hace ilusión verlo. He oído hablar mucho porque he sido gerente del Hospital Clínico de Valladolid en la época en la que se inauguró el Cunqueiro. Me consta que es un centro puntero y pionero. Como médico y como gallego me congratulo del nombre, no podía ser más acertado. Sin saberlo, Cunqueiro es un maestro perpetuo para nosotros y sobre todo para los que ejercemos atendiendo a pacientes gallegos.n
