"El alcohólico te obsesiona, no sabes qué hacer con tu vida"

Soraya e Isabel, con los libros que les ayudaron a mejorar, prefieren mantener el anonimato.
photo_camera Soraya e Isabel, con los libros que les ayudaron a mejorar, prefieren mantener el anonimato.
Un grupo de familiares de Al-Anon cumple 22 años de funcionamiento en Vigo y lo celebran con una reunión informativa esta tarde en la iglesia de los Capuchinos

“El alcohólico se convierte en el centro de tu vida, no sabes qué hacer para ayudarle, solo piensas en si habrá bebido o donde esconde la botella. Termina afectándote, llega un momento en que no te reconoces a ti misma porque te cambia el carácer”. Esto afirma Soraya de su experiencia personal con un familiar que padece esta enfermedad.

Esta viguesa señala que los familiares no se dan cuenta de que ellos también necesitan ayuda para afrontar una situación que es muy complicada. En su caso decidió dar ese paso y preguntó qué podía hacer en Alcohólicos Anónimos, donde inmediatamente la derivaron a la asociación de familiares Al-Anon. “Estaba desesperada, no sabía qué hacer con mi vida. En Al-Anon fui aprendiendo gracias a las experiencias de vida que cuentan otras personas y a la literatura. Conseguí tranquilizarme y cambiar algunas cosas. Vi que no era la única, había muchas personas que estaban viviendo lo mismo que yo, convivir con esta enfermedad es lo que nos une”, explica.

 En Vigo funcionan dos grupos de Al-Anon (su contacto es 638 544 536), donde todo es anónimo. Ella forma parte del grupo denominado “Alegría” que tiene convocada una sesión informativa abierta al público a las siete de esta tarde en la iglesia de los Capuchinos (Vázquez Varela 15) en la que darán a conocer su trabajo para todos los que quieran acudir. El grupo cumple 22 años de funcionamiento en Vigo y en España, donde funcionan 293 grupos familiares, cumplen este año 59 años de trayectoria. “Ofrecemos un programa de vida que nos ayudar a lidiar con nosotros mismos y a convivir con nuestro alcohólico y también con nuestros compañeros de trabajo y con lo amigos”, afirma Isabel. En las reuniones cuentan su historia y escuchan las de los demás y siguen unos pasos para recuperarse. “Lo primero es saber que se trata de una enfermedad, ellos no lo controlan y tú tampoco lo puedes controlar, pero tampoco eres la que lo causa ni puedes curarlo. Siempre estamos en la pelea continua de querer controlarlo y solucionarlo y es imposible”. Añade que una vez que el familiar encuentra la estabilidad emocional que había perdido está en mejores condiciones de ayudar al enfermo. “Dejas de controlarlo como si fuera un niño, tiene que aprender a caer y a levantarse y eso también le devuelve su dignidad como persona que toma sus decisiones y que dirige su vida”. Reconocen que el alcoholismo no tiene cura pero el enfermo puede dejar de beber. “Van a ser alcohólicos siempre pero pueden detener su enfermedad”.

Este año crearon Al-Ateen formado por niños de 10 a 19 años que son hijos de alcohólicos. En relación con esto, Soraya muestra su preocupación por los botellones en los que niños de 12 o 13 años tratan de emborracharse cuanto antes. “Alguno se hará alcohólico”.

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