Adiós al 'barrio rojo' vigués: cierra el último club de alterne del Casco Vello

El edificio donde estaba el bar Bohemia, ya sin cartel ni luces rojas, tras ser desalojado hace una semana.
photo_camera El edificio donde estaba el bar Bohemia, ya sin cartel ni luces rojas, tras ser desalojado hace una semana.
El histórico 'Bohemia', desalojado por orden judicial tras adjudicarse el edificio en subasta

El último burdel del Casco Vello ha cerrado sus puertas definitivamente poniendo así punto y final al “barrio rojo” vigués. El histórico bar Bohemia, situado durante años en el número 22 de Abeleira Menéndez, logró resistir a la caída del resto de clubes (el entorno de A Ferrería llegó a tener casi medio centenar) tras los planes de revitalización del Consorcio del Casco Vello. La entidad trató sin éxito de negociar la adquisición del edificio, que mantuvo su actividad hasta que un juzgado de Vigo ejecutó  hace una semana una orden de desahucio después de que el inmueble se adjudicara a un nuevo propietario en subasta pública.

El Juzgado de Primera Instancia número 10 abrió en septiembre del año pasado un procedimiento por vía de apremio o lo que es lo mismo puso en marcha la última fase de ejecución forzosa para conseguir liquidez de bienes embargados del que  era propietario del edificio al que se le reclamaba una deuda de 278.000 euros. Dentro de dicho procedimiento se sacaran a puja dos viviendas en García Barbón y Areal, un garaje y el inmueble de Abelaira Menéndez, tasado como vivienda unifamiliar. Según la información catastral cuenta con una planta baja que califica de servicio hotelero de algo más de 60 metros cuadrados, donde se situaba el club, y tres viviendas en la planta superior.  

La subasta fue adjudicada ese mismo mes de septiembre tras una puja máxima de unos 214.000 euros. 

La actividad del local se mantuvo hasta el último momento, en el que una orden del juzgado obligaba al abandono. Fuentes judiciales confirmaron que el desalojo se paralizó tras un primer intento, ya que el dueño alegó tener alquiladas varias habitaciones, por lo que se  fijó una nueva fecha, dando así una prórroga. Finalmente, la semana pasada, se presentó de nuevo la comisión judicial y el procedimiento se llevó a cabo sin incidentes.

En las paredes ya no hay rastro alguno del Bohemia,  ni de su reclamo en rojo ni tampoco de su cartel informativo sobre el horario pegado en la puerta de entrada que rezaba de seis de la mañana a doce de la noche. 

El desalojo del inmueble no pasó inadvertido. “La primera vez que llegó la comisión judicial hubo cierto revuelo entre las mujeres que estaban en el interior, pero luego no hubo ningún problema”, explicaba un vecino de la zona quien se mostraba convencido de que “de no haber sido por la subasta, seguramente seguiría con su actividad”. 

Hace diez años, cuando se rehabilitaron las primeras viviendas en la zona y se trasladaron los primeros inquilinos, la prostitución en el entorno era uno de las principales preocupaciones, después con el tiempo, algunos residentes aseguraban haberse adaptado y no tener ningún problema. “Hubo ocasiones en las que se veían colas para entrar cuando llegaban grandes barcos”, recordaban. De momento, el futuro de este inmueble sigue siendo una incógnita, lo que sí parece probable es que se pueda someter a obras de reforma interior para ponerlo a punto en una calle que ha sufrido una de las mayores renovaciones de la parte alta del Casco Vello.

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