La unidad de insuficiencia cardiaca redujo los ingresos

Los cardiólogos María Melendo y David Dobarro, con las enfermeras de la unidad Ángeles y Paula.
photo_camera Los cardiólogos María Melendo y David Dobarro, con las enfermeras de la unidad Ángeles y Paula.
Atendieron el año pasado a más de 1.200 pacientes del área sanitaria de Vigo, que sufren una enfermedad crónica grave en la que son frecuentes las descompensaciones

La unidad de insuficiencia cardiaca del Hospital Álvaro Cunqueiro atendió el año pasado a más de 1.200 pacientes del área sanitaria de Vigo, con los que realizaron más de 3.000 actividades, entre consultas e intervenciones. 

Esta unidad se creó tras la apertura del Hospital Álvaro Cunqueiro en 2015, dos años después acreditó su excelencia asistencial ante la Sociedad Española de Cardiología y a finales de 2018 duplicó su estructura al pasar a contar con dos cardiólogos, David Dobarro y María Melendo, y dos enfermeras especialistas, Ángeles y Paula, que asumieron también la gestión del hospital de día para estos pacientes y empezaron a ver casos más complejos, con una actividad que va en aumento.

Según explica Dobarro, hace más de una década solo existían estas unidades en los hospitales españoles que realizaban trasplante de corazón, como el de A Coruña en el caso de Galicia, pero luego se extendió al resto porque se vio que mejoraba el pronóstico de los pacientes y su calidad de vida, facilitaba la adherencia al tratamiento y evitaba reingresos hospitalarios que eran muy frecuentes en esta patología.

Se trata de una unidad “especializada” porque no hacen trasplantes de corazón y este un requisito imprescindible para tener la categoría de unidad “avanzada”. A pesar de esto, sí realizan terapias complejas propias del máximo nivel, como la colocación de dispositivos de soporte mecánico circulatorio como son las asistencias ventriculares.

La insuficiencia cardiaca es una enfermedad crónica y progresiva, que se considera grave y que es frecuente. Aparece cuando el músculo del corazón no bombea sangre al resto del organismo como debería porque pierde fuerza o por una sobrecarga. Es una de las principales causas de ingreso hospitalario y es la tercera causa de muerte entre las enfermedades cardiovasculares.

Los cardiólogos subrayan que el hospital de día de Cardiología está evitando numerosos reingresos de pacientes con insuficiencia cardiaca y que esto aumenta la percepción de calidad de vida de los pacientes. Son personas que antes acudían con fecuencia a Urgencias por una descompensación y que terminaban ingresando. El hospital de día permite tratarlos puntualmente y que puedan volver a su domicilio el mismo día. La unidad tiene asignados los martes y jueves para utilizar este dispositivo, que se usa también para otro tipo de pacientes cardiológicos. Además de mejorar la calidad de vida, recuerdan que, aunque hay tratamientos caros para esta dolencia, el mayor gasto son los ingresos hospitalarios frecuentes.

Dos cardiólogos editaron un manual para los pacientes

Los pacientes que entran por primera vez en la unidad de insuficiencia cardiaca reciben una primera atención de las enfermeras especialistas, aunque luego se sucederán otras citas cada vez más espaciadas si el enfermo está estable. Ellas se ocupan de la educación para la salud, los cuidados del paciente y la titulación de fármacos (consiste en el incremento progresivo de la dosis de los medicamentos previamente prescritos por el médico hasta el máximo tolerado porque mejora el pronóstico). El paciente no se va con las manos vacías de esa consulta ni tiene que tomar apuntes, porque las enfermeras les explican y les entregan un manual que lleva por título “Libro del paciente con insuficiencia cardiaca” editado por primera vez en enero de 2020 y que elaboraron los cardiólogos María Melendo y David Dobarro con la colaboración de otros profesionales, desde cardiólogos hasta geriatras, fisioterapeutas, especialistas en Endocrinología y Nutrición, entre otros. En esta publicación se explica en lenguaje accesible la enfermedad, con sus síntomas, las causas, los signos de alarma, los autocuidados que deben realizar (dieta, ejercicio e incluso recetas) y con un apartado final para que el paciente escriba a diario su tensión, peso y pulsaciones con la idea de facilitar su seguimiento.

María Melendo explica que hicieron el libro porque “no teníamos tiempo de educar al paciente como nos gustaría, teníamos la sensación de que se iban de la consulta abrumados con demasiada información y sin poder revisar en casa lo que habían aprendido en la consulta”. El libro se convirtió en un apoyo importante para las enfermeras de la unidad, tanto para educar al paciente como para saber si están estables (en función de los datos que anotan en el libro) y si se adhieren al tratamiento. Se entrega en consulta y también a los pacientes que están ingresados.

Las enfermeras también tratan de implicar a los familiares en los cuidados, sobre todo con los que tienen asistencias ventriculares,  porque mejora su evolución.

Ahora otros servicios como Medicina Interna podrían lanzar una publicación similar para sus pacientes apoyándose en este trabajo de los cardiólogos.

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