La traída vecinal de O Galiñeiro le echa un pulso a la sequía

El presidente saliente junto a su sucesora, Mercedes Domínguez, y el vocal de la entidad vecinal, Celso Martínez, delante del depósito de Resteva en donde se llevan a cabo análisis constantes.
photo_camera El presidente saliente junto a su sucesora, Mercedes Domínguez, y el vocal de la entidad vecinal, Celso Martínez, delante del depósito de Resteva en donde se llevan a cabo análisis constantes.
Acaba de renovar su directiva en mayo e insisten en las ventajas de su modelo de gestión participativo, sin ánimo de lucro y con agua de excelente calidad

La escasez de precipitaciones de este verano están haciendo saltar las alarmas sobre una posible falta de abastecimiento a medio plazo. Con unas previsiones poco alentadoras de cara a la segunda mitad de agosto y octubre, los municipios del Val Miñor adoptaron una serie de medidas para frenar el consumo y de este modo evitar el gasto innecesario agua mientras la Xunta de Galicia tiene en el punto de mira la evolución de los embalses Baíña y Zamáns, que abastecen a Nigrán y Baiona, mientras que Gondomar se nutre de una captación del río Touteiras. Dada su orografía y extensión, 75 kilómetros cuadrados de los cuales el 90% pertenece al rural, la villa condal es la localidad de la comarca que cuenta con el mayor número de comunidades de agua privadas que suministran el 60% del total del municipio, en total son medio centenar de las cuales están regularizadas 17.

Este diario tuvo la oportunidad de acceder a la de mayor envergadura de Vincios y una de las más importantes de la localidad, la de O Galiñeiro, para conocer un poco más de cerca este tipo de configuraciones y si realmente están sufriendo el mismo impacto en sus reservas. Mercedes Domínguez ostenta el cargo de presidenta de esta entidad desde el mes de mayo y que a día de hoy cuenta con 502 conexiones a la red. La de O Galiñeiro se nutre de 14 manantiales debidamente canalizados y que alimentan constantemente a dos depósitos, el de Resteva, situado a pie de la carretera que lleva a la montaña gondomareña y construido en 1976, y otro posterior situado en el barrio de Piñeiros, dotado de cuatro vasos y más capacidad que el anterior. En total entran 850 metros cúbicos diarios que nutren a los núcleos de Piñeiro, Brandufe, Guisande, Rocha, Serra, Herbillás y Atalaya y no se regularizó hasta el 2001. Esta medida se lleva a cabo a finales de septiembre que es cuando se supone que es la época más crítica, tras el periodo estival, después de arrastrar un ritmo de precipitaciones inferiores a la media y justo cuando el nivel freático está más bajo.  Cuentan con un sistema que a medida que baja el nivel se abren unas válvulas de llenado de manera que siempre están al 100%, y aunque pueda parecer mucha agua, en caso de sufrir una avería que inhabilite el suministro tendrían reservas para 48 horas. Sin embargo tras casi 4 décadas llevando el agua a medio millar de hogares de Vincios nunca vivieron una situación crítica en el abastecimiento por sequía, algo que llama mucho la atención dado el panorama actual de restricciones. Conscientes de que hoy el agua es oro, son los primeros en hacer un llamamiento al consumo responsable aplicando penalizaciones a  aquellos que se pasen de las cuotas mensuales.

Desde la directiva hacen hincapié en las ventajas que aportan las traídas vecinales a la sociedad, no obstante se tiende a pensar que son fórmulas anacrónicas y sin embargo ofrecen muchos beneficios para el medioambiente al no consumir apenas energía eléctrica mientras obtienen un agua de calidad superior. Desde esta comunidad insisten en la importancia de su modelo de gestión vecinal y de que se mantenga en el tiempo. Los cargos se eligen o por sorteo o se designan voluntariamente en ciclos de cuatro años. Precisamente la de O Galiñeiro acaba de renovar su directiva en el mes de mayo y está conformada por una docena de personas. 

Las instalaciones prescinden de cualquier tipo de bombeo al funcionar bajo el principio de la gravedad, por caída libre, y las cuotas aportadas por los vecinos son exclusivamente para el mantenimiento, pues aquí no hay beneficios y si hay que invertir en caso de necesidad se hace una derrama a partes equivalentes. Bajo esta fórmula, los vecinos pagan una cuota fija de 50 euros anuales y tienen derecho a un tope de mil litros diarios, 30 metros cúbicos mensuales frente a los 60 trimestrales por conexión por ejemplo en Nigrán, a un precio de 50 euros aproximadamente que se pagan directamente a la adjudicataria del servicio, lo que se traduce en cuatro veces más por el mismo bien ‘común’. En estos momentos se encuentran en trámites de renovación de la licencia de Augas con la intención de que esta configuración se mantenga durante muchos años más.

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