El mosaico romano de Panxón está a un paso de culminar su epopeya tras completar por mar los más de 5.500 kilómetros que separan Nueva York de Londres. La pieza del S.III, adquirida a la galería Carlton Hobbs en diciembre gracias al convenio pactado entre el Concello y un grupo de apasionados del arte que se propusieron rescatarlo de manos privadas creando una asociación, permanece desde la semana pasada depositada en el almacén de tránsito propiedad de la agencia Colnaghi (Reino Unido) y en breve se iniciará toda la tramitación que permita su salida del país rumbo Madrid. Por el momento están a la espera de que se confirme la exención del IVA del 10% al tratarse de una entidad sin ánimo de lucro, en caso contrario habría que sumar otros 6.000 euros a los 58.000 invertidos en su recuperación.
Según explican desde la Asociación para la Repatriación del Mosaico Romano de Panxón, la salida de Reino Unido de Europa les está poniendo los tiempos en contra. Su vicepresidente segundo, Gustavo Pascual Hermida, adelanta que las gestiones podrían alargarse como mínimo un mes, todo sin tener en cuenta que la entidad receptora de la obra no tiene previsto envío alguno a España a corto plazo. El pacto establece la inclusión del citado bulto para que los portes desde Inglaterra no acarreen costes adicionales al Concello, que ya abonó los 40.000 euros que hicieron posibles su compra.
No obstante, los especialistas en arte ofrecen la posibilidad de realizar portes combinados para que llegue a Madrid en plazo, esto es, recurrir a otras galerías incluyendo este en otro lote compartiendo gastos. Por el momento el alcalde Juan González prefiere aguardar a tener toda la documentación en regla y una vez que cuenten con la autorización de aduanas estudiarán las opciones disponibles en ese momento. “Lo más importante es que el mosaico ya es de Nigrán, la transacción está cerrada y la pieza no se va a perder”, explica González.
El alcalde tiene claro que tarde o temprano la pieza llegará, de lo que no está tan seguro es de donde se expondrá. Pese a que en un primer momento se habló de la biblioteca, se están estudiando alternativas para evitar que las visitas interfieran en la actividad diaria de las instalaciones públicas.
